Capítulo 8

851 42 67
                                    

El crujir de la puerta le sentencia a Carla que no hay vuelta atrás, sus pies se desenvuelven ágilmente adentrándose en la habitación que oculta todo en un manto oscuro siendo develado lentamente por sus ojos, el camino un patrón  diseñado desde hace días, finalmente su vista logra descifrar el entorno dejándola llegar al sillón.

-Samuel?

La sorpresa y preocupación reemplazan ese tentador capricho que la ha traído hasta la habitación, por un momento logra bloquearse ante un Samuel que yace en aquel lugar que esperaba llenar para acompañarse.

-Por tu cara puedo jurar que has visto un fantasma.

Samuel bromea con la intención de relajar a la chica quien luce tensa, espera que Carla lo haya logrado escuchar ya que su voz a duras penas lo acompaña como consecuencia de la debilidad que su cuerpo a decidido albergar en contra de su voluntad.

A pesar de la primera impresión por verlo fuera de cama, la ocurrencia del castaño baja las revoluciones que ha experimentado en el transcurso del día, se acomoda en la cama quedando a escasos centímetros de Samuel intentando que la cercanía los resguarde un poco del frío instaurado en el ambiente. 

-Ha sido un día lleno de cosas, solo es eso.

Samuel se dice que ha logrado su objetivo o al menos se ha acercado.

-Supongo que entre esas cosas estoy yo, que sucedió?

Solo quiere olvidar lo que ha ocurrido en el día, pero sabe que Samuel vive en un constante bucle que desde lo lejos para ella sería insoportable.

-Te desmayaste, aun tu cuerpo no esta en condiciones de hacer algo más que reposar.

-Podría decirte que puedo acostumbrarme a esto pero sería decirte mentiras.

Samuel responde jocosamente mientras asimila la realidad de que por más ansioso que esté de tomar las riendas de su vida está atado a depender de lo que Carla le brinde, no le disgusta la idea de que la rubia esté presente en aquella deducción, pero no puede evitar sentirse en un pozo, todo gracias a que su orgullo no quiere seguir viéndolo como una víctima y menos que tenga algún calificativo que acompañe al título.

-Lamento que estés pasando por esto, yo...

Una vez más la consciencia de Carla la lleva ante un senda que se divide , cada camino le ofrece una alternativa que seduce y promete destinos diferentes, siente como se corroe internamente mientras las murallas que ha construido a su alrededor están en juego.

-Carla...

Samuel interrumpe la idea vaga que está por soltar la chica,  se nota un poco más relajada sin embargo sigue viendo contrariedad en ella, es ajeno al entorno de la chica, pero tiene la impresión que ambos están dando brazadas desesperadas para no ahogarse en un mar de temores. 

Una sola palabra es suficiente para arrastrarla de nuevo a la realidad, la tonalidad y cadencia con que es dicho su nombre la atan a tierra, mientras una tranquilidad efímera logra abordarla haciendo que se fije en Samuel.

Sus ojos están sobre Carla, escudriña su corporalidad que se deja ver por tramos perdiéndose en sombras, su aliento trata de escabullirse ante la intensidad que es observado, aun así la insensatez o valor lo empujan a buscar un pedazo de la rubia.

-Esta noche debería ser simple.

- Simple?

Carla intenta comprender lo que le ha dicho el castaño, desde pequeña su padre le ha enseñado a prever los movimientos de las personas, pero con Samuel esa habilidad parece que no existiese, la inquieta, aún así es innegable que la descoloca que sea de ese modo, una pieza inesperada que se niega a jugar dentro del tablero.

Carmuel: Perfectamente imperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora