Capítulo I

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Hola chicas, feliz día internacional de la mujer.. jejeje no pensaba compartir nada este día, pero de pronto me vino esta loca idea.. y me dije: ¿por que no? Jajajaja y aquí está el resultado de mi locura.. Espero la disfruten ☺️

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Londres, Inglaterra 1919

A pesar de ser una joven de un buen estatus social, Lady Candice White Ardley no gozaba de las ventajas tenían sus hermanos. A pesar de crecer en un ambiente familiar abierto, no podia exponer abiertamente sus ideales ya que para si desgracia, mas de la mitad de la sociedad Londinense seguía con el mismo pensamiento de siglos pasados en donde se creían que la mujer debía centrar todos sus esfuerzos en aprender a ser una excelente esposa, capaz de llevar la riendas de un "hogar feliz", entre otras tonterías pasadas de moda, como el hecho de creer que era mal visto por la sociedad que las mujeres salieran a trabajar de la misma manera como lo hacían lo hombres, e incluso se les negaba el derecho a estudiar en las Universidades.

—Candice, es mejor que desistas —le decía su madre, quien a pesar de las protestas de su esposo y sus hijos, apoyaba al igual que ella las causas feministas y el avance general de las mujeres en la sociedad, aún cuando creía que aquello era una meta difícil de alcanzar. Muchas veces pensó que era una verdadera pena que Candice hubiese nacido mujer, ya que consideraba que su hija tenia madera de liderazgo.

—Madre no puedo echarme para atrás ahora —decía la joven mientras colocaba la nota del periódico en donde salía impreso el lugar y la hora de la marcha de las mujer por su derecho al voto. —Además he de recordarte que esta lucha no es solo por mi, es por también por ti —le sonrió —de alguna manera tu me impulsaste a entrar en este movimiento, ¿lo recuerdas?

Rosemary le devolvió la sonrisa al recordar la tarde que la llevó a la reunion clandestina que tenían un pequeño grupo de damas de todos los estatus sociales, luego de descubrir la pasión y vehemencia con la que su adolescente hija de apenas 18 años defendía el derecho de la mujer delante de un grupo de machistas. Cautivada por sus palabras, Rosemary no reparó en el impacto que aquella reunión causaría en su hija quien a partir de allí, y a pesar de sus ruegos a que no lo hiciera ya que sabía la gran muralla que encontraría en el camino, formó parte de aquel movimiento.

—De acuerdo —dijo la mujer con resignación al caer en cuenta que no había manera de hacer cambiar de opinión a su hija menor —Debo suponer que tus amigas irán contigo.

—Supones bien, madre —respondió Lady Candice. Unos meses mas tarde, de su primera asistencia a aquella reunión, conoció a quienes hasta la fecha eran sus mejores amigas, en medio de una de las marchas. Lady Annabella y Lady Patricia se habían unido al movimiento feminista en señal de protesta, luego que sus padres les habían  negado de una manera mezquina sus respectivas dotes matrimoniales, con el único propósito de desalentar a los padres de sus pretendientes para que retiraran la oferta matrimonial.

—Prométeme que se mantendrán fuera de cualquier disturbio —rogó su madre al ser consiente que la protesta esta vez tendría lugar frente al parlamento en donde se liberaba una lucha campal entre quienes defendían el derecho de la mujer y quienes se oponían a estos.

—Lo haremos  —respondió la joven rubia con una sonrisa tranquilizadora.

Luego de despedirse de su madre, Lady Candice tomó su bolso de mano y salió de su casa. Llegó al lugar de reunión a la hora indica al igual que lo hicieron sus amigas.

La marcha iba en total paz, hasta que de pronto un agente del orden aplicó mayor fuerza de la requerida, provocando de esta manera un gigantesco disturbio, en donde golpes iban y venían.

Una Lucha JustaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora