Capítulo 6

1.3K 170 29
                                    

La idea de escabullirse de su dormitorio generaba una mezcla de nerviosismo y emoción en el estómago de Geminis, sin mencionar que había cenado demasiado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La idea de escabullirse de su dormitorio generaba una mezcla de nerviosismo y emoción en el estómago de Geminis, sin mencionar que había cenado demasiado. Por suerte, tenía la capa de Harry que la protegería de cualquier profesor o prefecto. No le apasionaba la idea de ser encontrada y castigada, eso significaría tener que pasar horas de su vida con Argus Filch.

El camino hacia las cocinas no era tan largo, teniendo en cuenta que tanto ellas como las mazmorras se encontraban en la planta baja del colegio, pero aún así implicaba riesgo y agilidad. Estaba segura de que su prima Tonks no podría hacer ese camino sin ser descubierta y las incontables historias de Charlie Weasley delataban que estaba en lo cierto.

Avanzó un par de pasos doblando en una esquina pero frenó su paso abruptamente al ver a Daisy mirar hacia los lados sospechosamente para luego adentrarce por una puerta. ¿Qué estaba haciendo su prima en ese lugar y mas aún a esa hora? Pero no tenía tiempo para descubrirlo. Tenía algo mas importante que hacer.

Siguió su camino hacia las cocinas y acarició la pera en la entrada, esta soltó una risa ante las cosquillas y luego abrió la enorme puerta dejando paso al mejor lugar de todo Hogwarts. Al menos en la opinión de Ron.

Sonrío al entrar y ver a Fred de pie junto a una de las mesas, con un pastel de chocolate frente a él y dos vasos de, lo que suponía era, jugo de calabaza.

-¡Feliz San Valentín, Geminis!-exclamó con una sonrisa.
-Igual a tí Fred-sonrío abiertamente.
-¿Y qué haces aquí?-preguntó-¿Tienes una cita?

Geminis frunció el seño confundida, él debería saber que tenía una cita, después de todo era con él. Cierto que la carta que le había llegado era anónima pero ¿de quien mas podía ser?

-E...-dudó un momento, insegura de que responder.
-¡Fred!-escuchó exclamar detrás de ella.

Ambos giraron su mirada para ver a Angelina Johnson entrar a la cocina, ella les sonrío a los dos pero miró a Geminis con cierta inquietud.

-Bueno, luego me cuentas-intervino Fred-ya llegó mi cita-sonrío.

El pelirrojo tomó el pastel y Angelina los vasos y ambos salieron de la cocina dándole una última sonrisa. La niña Black procedió a suspirar y sentarse en una silla, la noche no había salido como ella esperaba.

-Ama Black-escuchó a un elfo hablar-¿Puede Triny servirle algo de comer?
-¿Tienes algo con chocolate Triny?-preguntó con evidente tristeza en su voz.
-¡Triny vuelve enseguida, ama Black!

La elfina se retiró dejando a Geminis sola y en sus pensamientos, era la primera vez que alguien le rompía el corazón. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y se maldijo a sí misma por dejar que algo tan insignificante como eso la lastimara. Pero era joven y era el primer chico con quien se ilusionaba. Una parte de ella sentía que tenía derecho a sufrir por él, incluso si jamás había pasado nada realmente.

-¿Qué pasa Gemi?-escuchó decir.

Levantó sus ojos encontrandose con quien no podía ser nadie mas que George, ya que Fred estaba con Angelina. El gemelo la miraba con preocupación y realización en sus ojos, al parecer se había dado cuenta de lo que ocurría. Se sentó a su lado y suspiró.

-¿Pensaste que era Fred?-quiso saber.
-¿Eras tú?-preguntó confundida.
-Sí, era yo-asintió.
-Pero...el poema-frunció el seño.
-Freddie lo firmó porque yo no me animaba a hacerlo-río levemente, sintiéndose como un tonto en ese momento-Lamento decepcionarte.
-No pidas disculpas George-soltó una risa nerviosa, sin saber como comportarse realmente.

La conversación se vió interrumpida en cuánto Triny volvió con un pastel de chocolate y dos cucharas, ya enterada de la presencia del pelirrojo. Ambos le sonríeron y agradecieron antes de que se retirara a descansar junto a los otros elfos que dedicaban su vida al mantenimiento de Hogwarts.

-Ví que recibiste muchas cartas por San Valentín-comentó George.
-Sí-asintió-Ron me envió un oso incluso, es un buen amigo.

George río levemente queriendo hacerle saber que estaba equivocada al respecto, pero sabiendo que no podía traicionar a su hermanito de esa forma. Sabía que tenía que ser cuidadoso con la forma en que actuara respecto a todo, las primeras decepciones amorosas podían ser caóticas para las personas, especialmente tan jovenes.

-¿Tú recibiste algo?-preguntó Geminis, intentando que no se forme un silencio incómodo.
-Un par de poemas-se encogió de hombros-las chicas aman a los gemelos Weasley-bromeó y le guiñó un ojo, haciéndola soltar una carcajada.

George se sintió hipnotizado con su risa. Geminis sin dudas era especial y no podía imaginarse el impacto que causaría cuándo tuviera unos años mas. Era madura e inteligente, pero al mismo tiempo dulce e inocente. Había algo raro en ella, y se encontró deseando con todas sus fuerzas poder mantener eso a salvo, poder mantenerla a salvo de cualquier cosa que pudiera lastimarla.

-¿Esta bien que sea yo?-preguntó-con quien pases tu san valentín-aclaró, notando la confusión en su rostro. Estaba claro que Geminis era muy inteligente en lo académico pero no se daba cuenta de la mayoría de las cosas que tenían algo que ver con el departamento del romance. La niña lo miró con una sonrisa, sintiéndose un poco mas alegre y calmada, talvez por el pastel de chocolate o talvez por la presencia del muchacho.
-Si George-se limitó a decir-esta bien que seas tú.

GEMINIS [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora