— ¿Soy yo o estás algo demasiado entusiasmado por esta fiesta?
NamJoon le envió una de sus usuales miradas cargadas de descaro, lo empujó suavemente con su codo y YoonGi, quien tenía su cabeza a kilómetros de distancia de la conversación actual no pudo más que ignorar olímpicamente al susodicho.
Su pie se movía inquieto en el suelo mientras esperaba a que la fila de la pastelería se reduciera lo más rápido posible, el aroma a biscochos y crema pastelera molestaba a su sensitivo olfato, siempre había tenido cierto rechazo a los olores empalagosos, no soportaba el dulzón de la esencia en nadie que no fuera Hoseok y su irresistible perfume natural, mermelada de frambuesa y tostadas recién hechas, lo suficiente para volver totalmente loco a su lobo; miró su reloj de mano, eran las siete y veintiséis de la tarde, un minuto más tarde de la última vez que espió la hora en los último cinco minutos, estaban a diecisiete de febrero y no había visto la carita preciosa de su omega desde ayer por la noche.
— Apestas a impaciencia y ansiedad, amigo —el moreno se tapó la nariz con dos de sus dedos y su rostro se transformó en una mueca de repudio—, no es agradable en absoluto, y llevo todo el día contigo.
— Entonces piérdete —YoonGi gruñó.
— Un "gracias por no dejarme explotar mientras intento organizar la fiesta de cumpleaños de mi omega" hubiera estado bien —se decidió a ignorarlo nuevamente, aunque no por mucho tiempo, en cuanto su amigo clavó sus cinco digitos en la palidez de su brazo y lo obligó a mirarlo de frente, cargado con un ceño fruncido que decía a gritos "Estás acabando con mi paciencia"—, ¿qué demonios te sucede? Porque has organizado cada maldito cumpleaños de Hoseok desde que lo conociste y jamás te había visto ponerte de esta manera.
Tenía razón, tenía toda la jodida razón.
YoonGi suspiro y, por primera vez en todo su ajetreado día, se permitió destensar su cuerpo y apoyarlo contra una de las columnas de aquella pastelería, había intentado posponer el momento de esa charla todo lo que pudiera, desde que se había levantado aquella mañana y había arrastrado a su mejor amigo por media ciudad en busca de cotillón, bebidas, alimentos y un sinfín de detalles que harían la fiesta de cumpleaños de su pareja una inolvidable, o al menos eso esperaba.
— No es cualquier cumpleaños —se rascó la nuca con algo de timidez y NamJoon arqueo una de sus cejas al vislumbrar el siempre serio y controlado YoonGi avergonzarse por algo, más no opinó al respecto—, es el número dieciocho.
— Sí, usualmente ese número viene después del diecisiete —bromeó.
Recibió una mirada fulminante que, de no ser porque había comprobado de primera mano lo real que era el nerviosismo de su amigo, lo hubiera echo reir con descaro.
— ¿No lo entiendes? Hoseok y yo tenemos planes —dijo—, todo ocurriría ni bien cumpliera la mayoría de edad —comenzó a enumerar—, nos mudaremos juntos, vamos a viajar solos, nos casaremos, yo... Le prometí la marca el día de su cumpleaños...
"Bingo" pensó el más alto, "con que por ahí iba el asunto"
— ¿Y no es eso lo que quieres? —acomodó sus lentes y repentinamente aquél aura de "soy tu amigo y quiero oír tus problemas" lo rodeó por completo, dándole un confort que solo Namjoon y su fachada de hombre sabio podrían darle.
— ¿Bromeas? Es lo que vengo deseando desde hace años.
— ¿Entonces?
Yoongi se silencio por un segundo, "¿Entonces?", no sabía lo que era exactamente, hoy se cumplían ocho años desde que conocía a Hoseok, ocho años desde que aquella pequeña e inocente masita repleta de amor había cambiado su vida para siempre, tal vez los ocho años más increíbles de toda su existencia, aún si para muchos el tiempo se volvía pesado y la rutina insoportable, YoonGi sentía que cada día a lado de su pareja predestinada se volvía mejor que el anterior, no le aburría, al contrario, de hecho, creía que entre ambos el más rutinario era él mismo, disfrutaba de las cosas simples: compartir una tarde de peliculas, charlas, o incluso el pacífico silencio que se producía al estar ambos en una habitación realizando sus deberes, o haciendo nada en absoluto. Así había sido por largos años, eran una pareja, tenían historia, y sin embargo sentía la vaga sensación de que esa unión que poseían no hacía más que solo comenzar, un escalofrío le recorrió su cuerpo, no era aquello lo que le asustaba, pensó en Hoseok y todas las cosas que aún no habían echo; al ser el mayor y el alfa de la relación YoonGi siempre se había encargado de acompañar a su adorada pareja en cada etapa de su vida, teniendo como experiencia la suya misma, sin embargo a partir de allí ambos comenzarían algo nuevo, algo desconocido para ambos, y tal vez era aquello lo que lo mantenía intranquilo, el no saber, el poder dañar de la forma que sea a su pequeño por el simple hecho de su inexperiencia.
— Es que yo... No lo sé... Creo que tengo miedo —se animó a soltar, con esa característica mueca de resistencia que ponía siempre que le tocaba ahondar algún tema personal.
Namjoon lo miró con los ojos muy abiertos de la impresión, malinterpretando sus palabras— ¿Miedo? No me jodas que estás dudando de tu relación.
Esta vez le tocó a YoonGi mirarlo como si repentinamente le hubiera crecido un tercer brazo— ¿Estás tonto?, jamás pondría en duda mi relación con Hoseok, tengo muy presente que quiero pasar el resto de mi vida con él —dijo en un tono duro, como si solo el hecho de mencionarlo hubiese logrado ofenderlo—, a lo que me refiero es que... No he tenido sexo desde los quince años.
— Lo sé, lo siento.
YoonGi quiso golpear a Namjoon hasta dejarlo inconsciente, sabía que su amigo solo intentaba bromear para aligerar el malestar que desprendía por cada poro de su cuerpo, y en cierto punto agradecía que se preocupara por sacarle aunque fuere una pequeña sonrisa, eso no quitaba el hecho de que sus comentarios en aquella situación se volvían irritantes cuanto menos, o talvez solo era él que no se sentía con la suficiente paciencia para afrontar nada.
— No seas estúpido —suspiró con resignación—, mi lobo a reprimido su deseo sexual por ocho años —comenzó a explicar, bajando el tono de voz hasta volverlo un susurro, intentando evitar volverse el centro de atención en una pastelería repleta de personas—, ¿tienes idea lo descontrolado que estaré cuando le ponga las manos encima a Hobi?
— ¿Oh? —la repentina comprensión se dibujó en sus ojos y en el aire inundó sus fosas nasales—, oh...
— Mierda Nam, no quiero lastimarlo.
Namjoon juraba que jamas había visto aquella mirada lastimera en el inexpresivo rostro de su amigo, podía sentirlo aún si carecían de algún vínculo que denotara los sentimientos del otro, el miedo y el inmesurable amor que el alfa le tenía a su pareja; jamás lo había entendido, él mismo aún no había podido encontrar a su pareja predestinada, había oído hablar de la misma en cuentos de niños y murmuros de aquellos más románticos en la secundaria, pero se consideraba a sí mismo una persona de hechos y no de palabras, jamás había creído en aquello de tener un alma destinada sino hasta que lo vió en YoonGi, uno creería que el amor puro y sincero no existia en los tiempos modernos, pero solo bastaba mirar a su amigo, un tipo serio y metódico, a quien se le dibujaba una sonrisa de gomita con solo ver el aniñado rostro de su pareja, para entender que aquél mito del amor verdadero tal vez no era tan mito como parecía.
— Escuchame, tu tranquilo Yoon —sonrio reconfortante y palmeo su hombro en señal de apoyo— cuidaste de Hoseok desde que era un niño, tanto tu lado humano como tu lobo tienen un instinto de protección automático y estoy seguro que por más fuera de control que te encuentras tú jamás serías capaz de lastimar a tu pareja.
Hubo otro pequeño silencio, YoonGi miraba al suelo repasando las palabras de su amigo e intentando calmar aquellos nervios que lo carcomian desde la mañana.
— Tal vez tengas razón —dijo.
— Siempre la tengo.
🙌🙌🙌
Puede ser pa? Puede ser que después tres años esto llegue a su fin? Xdxd
ESTÁS LEYENDO
Mi alfa -Yoonseok
FanfictionHoseok es un omega muy celoso y YoonGi un alfa con demasiada paciencia. •Historia corta. •Capitulos cortos. •Omegaverse. •Fluff (o al menos un intento) •Situaciones subidas de tono.