Our Little Love Story (Mina y Tú)

Capítulo 13

Narra ___.

Y aquí estábamos, la oficina del director.

Por alguna razón el señor se enteró dónde estuvimos y nos mandó a llamar antes de que comenzara la primera clase— Vengan aquí— dimos un par de pasos al frente, se quitó sus lentes y nos siguió mirando con ese semblante tan serio— Así que, ¿decidieron adelantar sus vacaciones?— no sabía si responder o no.

Es extraño cuando los adultos te hacen preguntas porque si les contestas se enojan y si no lo haces se enojan de igual forma. ¿Qué opción tenía?

Por suerte, no hubo necesidad de eso ya que él continuó hablando— ¿A dónde fueron mientras sus compañeros cumplían con sus deberes en clase?— se levantó de su asiento de cuero negro y empezó a caminar de un lado a otro con las manos dentro de los bolsillos— El parque de diversiones y el cine siempre son los preferidos ¿a cuál de esos fueron?— se dirigió a mí.

— Fuimos a la playa, señor— contesté.

— ¡¿La playa?!, ¡¿se dan cuenta de lo grande que es su infracción?!, no estamos hablando de algo que pueda pasarse por alto señorita Kim y... Myoui, si no vienen a la escuela no aprenderán, y si no aprenden serán como la generación de idiotas que les precedieron y creo que eso fue algo que debió aprender de su madre señorita Kim— cerré el puño con fuerza.

— Con todo respeto señor, le pido que no se atreva a hablar así de ella porque crea o no, es una mujer increíble— la seriedad de mi voz cambió el semblante del señor Yoon Gi por uno de vergüenza.

— Lo siento...— carraspeó— Volviendo al tema... Yo no fomento los castigos corporales en mi escuela pero en ocasiones hay que dar una lección— Mina me miró asustada, yo más que miedo sentía coraje.

No iba a permitir que a ella la castigaran de esa forma— Sin embargo...— un atisbo de sonrisa apareció en su rostro— Ustedes aún son tan jóvenes que uno duda en usar medidas severas, pero por su bien les aconsejo que vean el error en hacer algo tan inmaduro como eso, piensen en su futuro, en el camino de éxito que deben construir

Sonaba absurdo pensar en eso, ¿de cuando acá divertirse era algo de personas inmaduras?

— Yo también fui joven, hace mucho tiempo claro jaja pero tenía muy en claro mis prioridades

— Nosotras también señor— comenté interrumpiendo su sermón.

— ¿También qué?

— Las dos sabemos cuáles son nuestras prioridades

— Me alegra saberlo señorita Kim, veo que mis palabras fueron escuchadas y claramente entendidas— volvió a su asiento— Entonces, ¿saben cuáles son sus prioridades?— tomó un sorbo de su taza de café.

— Sí señor, nos queremos casar— al decir eso empezó a toser como loco.

Después empezó a reírse como si le hubiera contado un chiste, pero dejó de hacerlo cuando notó que ninguna se reía— Eso es absurdo, ambas son dos chicas y eso en la biblia está claramente prohibido, lo cuál indica que tienen mucho que aprender aún— volvió a reírse— Pocas veces me río de las cosas pero esta definitivamente me hizo el día

— No se ofenda señor, pero a mí no me parece gracioso— dije seria.

— ¿No te lo parece Kim?— negué— Y a ti Myoui, ¿te parece gracioso?

— No realmente señor— contestó Mina de la misma forma.

— Asumo que ambas hablaron sobre esto y ¿ya le prometiste tú mano?— dijo burlón.

— No lo sé señor, no entiendo lo que significa "prometer la mano"

— Jajaja, ¿no sabes lo que significa?

Su risa me colmó la paciencia— ¡Deje de tratarnos como si fueramos estúpidas, nosotras sólo queremos estar juntas todo el tiempo y eso implica estar casadas ¿no?, no es divertido ni mucho menos gracioso, ¿usted entiende eso?!

El hombre volvió a ponerse de pie y caminó hasta estar frente a mí— Mire jovencita, fui muy paciente con ustedes y estoy dispuesto a dejar pasar su ignorancia, Dios sabe que nosotros somos culpables pero su impertinencia es demasiada, asunto terminado ¿entienden?, se acabó, no quiero verlas juntas en la escuela y para asegurarme de ello les pediré a sus amigos que se encarguen de vigilarlas, además de que notificaré al señor Seok Jin y con mayor razón te encargarás de acatar esa orden

Fue su última palabra, nos ordenó salir a nuestra clase no sin antes darnos una última advertencia de lo que haría si nos veía juntas.