Capítulo 8

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Narra ___.

Cuando el convivio terminó no quise esperar a papá porque eso implicaba encontrarme con Jungkook y los demás por lo que decidí tomar el autobús, me sentía molesta pero sobre todo decepcionada, me recargué en la ventanilla y cerré los ojos con fuerza tratando de contener el llanto— Oye, ¿te encuentras bien?— miré a mi lado y noté que era Chaeyoung que estaba sentada junto a mí.

Negué— Lamento que Momo te hiciera eso, ¿estás bien?— asintió.

— No te preocupes por eso, pero dime, ¿qué sucede?

— Simplemente creo que me equivoqué al elegir a mis amigos— solté sin mirarla.

— Si lo dices por lo del golpe no fue para tanto ¿sabes?, Jeongyeon nos hizo ver algunas cosas y es que te hemos tratado muy mal, no debimos burlarnos de ti por decir que...

— Es que yo nunca lo dije— me miró sorprendida— Eso lo dijeron ellos

No respondió nada al respecto, al menos no en ese momento— Entiendo, pero... ¿Es verdad?, digo, Mina ya lo sabe y nosotras pero, ¿es cierto?— suspiré— Olvida eso, estoy rebasando límites... De cualquier forma tienes razón al enojarte,  sientes que por ellos te ganaste las burlas de muchos en la escuela. ¿Pudiste hablarlo con ellos?

— No, lo que menos quiero es hablar, además todo es tan claro que no hacen falta palabras que traten de explicar, porque lo único que obtendré serán excusas

— Bueno de cualquier forma estoy segura de que lograrán arreglar las cosas—se levantó— Yo bajo en la siguiente parada... Adiós ___

— Adiós Chaeyoung

Luego de media hora llegué a casa, saludé a papá que estaba en la cocina, no con la misma emoción de siempre pero lo saludé, me detuve de golpe cuando una mujer sentada en el comedor habló— ¿Y a mí no me vas a saludar?— giré a verla.

— ¡Mamá!— me acerqué a ella con rapidez y la abracé como si nunca quisiera soltarla. Ella era lo que necesitaba en esos momentos, sus palabras, sus sabios consejos y sobre todo ese amor tan sincero y tan único que sólo lograba encontrarlo en ella.

— Mi pequeña, ¿cómo has estado?— tomó mi rostro entre sus suaves manos.

— He estado bien— ella me observó un momento. Sabía que le estaba ocultando algo, así ha sido desde siempre, nunca he podido ocultarle cosas a ella porque de una forma u otra lograba saberlo al mirarme a los ojos. Según ella, los ojos reflejan lo que cada persona guarda en su interior.

— ¿Vamos por helado?— dijo con esa amigable y característica sonrisa. Asentí— Bien, regresamos en un rato

— Claro, yo estaré preparando la cena— nos despedimos y salimos a caminar.

La verdad es que no sólo íbamos por helado, sino que era como un código entre ella y yo para decir: "¿Quieres hablar?".

Compramos el helado y caminamos juntas por el parque, luego nos sentamos en una banca y empezamos a conversar— Te escucho— dijo mirándome.

Comencé a contarle todo, obviamente no le comenté nada sobre Mina pero no fue algo que pasó desapercibido por ella porque era obvio que faltaba un detalle- Pero, ¿sobre qué fue ese rumor?

Mi corazón latía con fuerza, no por adrenalina, tampoco por la misma razón que latía con fuerza cuando miraba a Mina, no.

Latía con miedo, de esas veces que sabes que las cosas pueden salir mal en cualquier momento— Mamá yo...— las lágrimas no tardaron en aparecer— Sólo no quiero que le cuentes a papá

— No te preocupes, sabes que todo esto sólo es entre tú y yo— tomó mi mano— ¿Qué pasa?

Conté mentalmente hasta tres para poder hablar, solía hacerlo cuanto tenía miedo de decir algo.

Una vez que llegué al tres ya no pude parar, le explicaba todo aunque no tenía el valor de mirarla a los ojos o siquiera levantar la cara.

Entonces pensé lo peor, supuse que soltaría mi mano y que me soltaría una gran bofetada por decirle algo como eso pero todos esos pensamientos se desvanecieron cuando me tomó entre sus brazos y acarició mi espalda tratando de controlar mi llanto— ¿Por eso tenías tanto miedo?— negué.

— Tengo miedo de que dejes de quererme por eso

Soltó un atisbo de risa— Te amo desde el primer momento que supe que te tendría y nunca te dejaré de amar, menos por una razón así— me hizo mirarla, negó un par de veces sin dejarme de sonreír— Háblame de Mina

Volví a abrazarla, esa sensación de libertad era única, ya no tenía miedo de ningún tipo y todas las cosas que tenía guardadas fueron manifestadas en total confianza y seguridad. Después de contarle sobre Mina y explicar de forma transparente la situación con los demás, terminó por darme un gran consejo, luego de esa tarde juntas ella volvió a irse, no sin antes recordarme lo mucho que me amaba.

Our Little Love Story (Mina y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora