El transcurrir de los días cada vez se hacía más lento, el fuerte verano azotaba sus sentidos y terminaba mirando aquella vieja chimenea con algo de melancolía. Aún puede divisar la ceniza en el suelo, fruto de su propia imaginación, y la sonrisa del azabache casi hipnotizado por el candente fuego que iluminaba la sala. ¿Cómo el tiempo podía transcurrir tan rápido y, a la vez, tan sosegado? Como si los días fuesen eternos pero las etapas tan cortas.
Aún su pecho se siente lastimado, culpa del mismo ser que siempre le atormentaba día y noche. Parecía ser lo único que el tiempo no cambiaba, a pesar de haberlo deseado con fuerzas. ¿Por qué se resignaba a vivir así? Como si no pudiese cruzar el puente hacia su siguiente era. Pareciese que su destino era vivir apegado al amor tan profundo que le procesaba a su menor.
¿Moriría así? Incluso cuando fuesen viejos, las arrugas adornando sus rostros, compartiendo una taza de chocolate caliente sentados frente esa misma chimenea; ¿seguiría aferrado a un sentimiento que no llegaría a ser compartido? Las dudas parecían martirizar sus pensamientos, una lucha casi diaria consigo mismo.Desde ese exacto día, cuando el pequeño azabache empezó a salir con aquella morena, notaba como el mismo pasaba menos tiempo en casa, y eso, conllevaba a más horas malgastadas en fiestas y alcohol por parte del castaño. Se estaba volviendo un hábito. No por el licor, si no el abandono de su hogar para no sentirse ahogado por el mismo y sus recuerdos. Habían demasiadas memorias ahí dentro que en esos instantes, no apetecía recordar.
Sus palmas estaban frías mientras se acurrucaba en el mullido sofá que cada día parecía hacerse más ingente. Su pijama veraniego de seda acariciaba su piel canela mientras con una mano sujetaba otro libro aleatorio, una lectura de plena madrugada. Sus ojos cansados leyendo las negras letras, observan por un segundo el reloj de mano que apunta las tres de la madrugada. Y suspira, más fuerte de lo que quiso notar, cuando llega a su mente una imagen de ellos dos discutiendo como zoquetes por algún videojuego. Pulsando botones del mando contrario, empujando sus cuerpos procurando que el otro cometiese un fallo, lanzándose palomitas a la cara como dos niños pequeños... Por lo tanto, sonríe estúpidamente y cae en la culpa. Aferrado obsesivo a ese amor.
Si, los días se dificultaban más incluso con la lejanía del menor. La casa cada vez más vacía, el armario despejándose por las prendas que el azabache tomaba todas las semanas para desaparecer durante días escondido en el hogar de la morena.
Mordió la uña de su pulgar ansioso y, sin lograr volver a concentrarse, lanzó el pequeño libro hacia una de las esquinas del sofá. Acomodó sus gafas silencioso y divagó con su mirada hacia una de las ventanas con sus puertas abiertas de par en par. Infló sus mofletes enrabietado y sacudió su cabeza como exhausto. No veía la Luna, ni si quiera las estrellas. Tampoco podía pedir que aparecieran, no cuando vivía en esa ciudad llena de luces neón que cubrían las oscuras calles de los barrios más habitados.—Maldito, estúpido y lindo Jeon Jeongguk. —Se quejó en alto deseando no ser escuchado, mirando hacia la nada por la ventana y, como si su voz hubiese sido una misma plegaria, el nombrado hace aparición por la puerta principal casi al instante. Oyendo ese característico sonido de llaves que ya comenzaba a extrañar. Y se sobresalta por un momento, porque no esperaba verle aquél viernes noche, mucho menos a esas horas de la madruga. Entonces, no sabe si sentirse feliz o echarse a llorar porque le llega aquél aroma: sus prendas ya huelen a ella.
—¿Aún estás despierto? Perdona, no quise asustarte.
El castaño niega con la cabeza y se acomoda en el sofá, sentándose con la espalda recta. Está inquieto, su voz le inquieta porque suena diferente. —¿Qué haces aquí a estas horas? Es muy tarde. —El azabache se encoge de hombros como respuesta sin querer dar explicaciones y se dirige hacia el sofá, sentándose al lado de su mayor cauteloso.
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I wish you liked boys [kookv]
Fanfiction❞Desearía que te gustasen los chicos porque mientras yo te deseo, tú te empeñas en verme como un simple amigo❞ •Historia corta; capítulos largos •En caso de adaptaciones, contacten conmigo antes ¡Capítulos semanales!