Desde la travesía de la novena princesa a la biblioteca del palacio habían transcurrido casi 3 meses y durante el transcurso de aquellos meses de otoño los entrenamientos de la joven princesa habían comenzado a ser más precisos y fructiferos que nunca debido a su ahora nuevo estilo de lucha con la espada. Luego de investigar y sintiendose más confiada que nunca por su reciente conocimiento adquirido de la búsqueda en los libros y pergaminos, apostó por el esgrima, siendo esté manejo de la espada él que más llamó su atención, aunque dandole un toque más de dificultad a la práctica misma agregó a esta una espada más.
Ambas espadas que Kouzume ahora poseía habían sido un regalo de Shuuyin, quién para sorpresa y desconcierto de su hermano, llego con ellas un día sin dar mayor explicación sobre el asunto en sí, ni como las había conseguido, causando una nueva discusión entre murmullos de los jovenes mellizos ese mismo día, que terminó en los llantos de Shuuyin, alarmando y preocupando a la pequeña niña que en su cuerto admiraba hipnotizada sus nuevas espadas. Después de oír el llanto de su querida Shuuyin nada más fue escuchado por la niña de blancos cabellos, por lo cual se levantó con cautela de la cama y camino en puntillas hasta la habitación de la chica de cabellos castaños, abriendo solo lo suficiente la puerta para observar que sucedía, calmandose al ver a ambos mellizos abrazarse, siendo la cabeza de Shuuyin acariciada suavemente por su hermano menor en modo de consuelo, suspiró entonces más tranquila la pequeña y gateo de vuelta a su habitación. Luego de aquella discusión entré los mellizos las cosas se relajaron entre ambos un poco más durante los siguientes 2 meses, como si Shuuryu hubiera aceptado de pronto la idea de la princesa siendo un general y utilizando una espada, lo que alegró a Kouzume pero a la ves la hizo sentir como si algo más hubiera sucedido aquella noche sin ella haber podido ser testigo de ello.
Las espadas de la princesa Kouzume cortaban con una ágilidad brutal cada muñeco de entrenamiento que había puesto en el jardín, haciendo ver su técnica con ambas espadas como una grácil danza, aunque una lo suficientemente peligrosa como para dejar los intestinos afuera de cualquiera que se acercará demasiado a aquélla danza mortal.
Kouzume miro sus pequeñas manos empuñar el delgado mango de la espada y sonrio contenta. Ambas espadas estaban hechas con la misma estructura de una normal utilizada por cualquier soldado, con la diferencia de que su ancho era la mitad de una de aquéllas espadas, además de estar hecha de un material más liviano y contar con una hermosa empuñadura, en tonos plateados y azules que hacían juego con su pelo y ojos. Eran sin duda muy hermosas y letales debido a la libertad que brindaban al ser utilizadas por un usuario como la joven novena princesa, que poseía una increible destreza, flexibilidad y rapidez al momento de moverse, eso y agregando la fuerza descomunal que comenzaba a manifestarse cada ves más en la jovencita.
El frio comenzaba a intensificarse poco a poco con el termino del otoño y pronta llegada del invierno. Kouzume había terminado las tutorias por esa tarde y sentada en la puerta del jardín miraba las ramas ahora desnudas del gran arbol frente a ella ser mecidas por el viento. Durante esos tres meses no había parado de entrenar para lograr perfeccionar su técnica e impresionar al astuto Magi, que de alguna forma la había retado a lograr tener un estilo propio con la espada y tener así una base más solida para medir su capacidad, pero el invierno ya estaba casi en Kou y Judar aun no volvía de su misión como oráculo, preocupandola acerca de su bienestar.
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《La novena princesa.❄️》●《Magi: The labyrinth of magic》●[JudarxOc]●
De Todo☆☆☆☆☆☆EN EDICIÓN☆☆☆☆☆☆☆ Ren Kouzume es la novena princesa del imperio Kou y vive tranquila dentro del hermoso palacio siendo cuidada por sus dos amorosos sirvientes, pero conforme los años pasan, no es sólo ella quien crece, sino también la necesida...