La cena en honor al emperador Ren Koutoku era celebrada en el gran comedor del palacio imperial, utilizado exclusivamente para festividades importantes. Dentro del recinto se encontraban varias personas de alto rango, como ministros del emperador, sus consejeros cercanos, aliados de Kou y muchos más, además de gente perteneciente a Al-Thamen, quienes en todo momento permanecían cerca de Gyokuen y el emperador. En cuanto a los principes y princesas, estos eran recibidos por varios sirvientes en la entrada de la sala, siendo guiados hasta el fondo del gran recinto, donde se ubicaba el trono y por tanto el emperador.
Kouzume no podía más de la emoción mirando desde la puerta todo el majestuoso lugar con extrema júbilo. El techo alto de color rojo brillante hacía que todo se viera con una gran viveza y luz, los adornos de los bordes de la sala eran de aspecto carisimo remarcando el estatus, mientras en el fondo, similar a la sala del trono, se encontraba una replica de este, donde el emperador recibia a sus invitados. Todo frente a la joven princesa hacia resplandecer sus grandes ojos color cielo y mientras una gran sonrisa adornaba su bonito rostro, que por etiqueta era tapaba con las largas mangas de su kimono. Kouzume entró de las últimas al ser la con menor rango de las princesas, siendo guiada por dos sirvientes y separada de Shuuryu y Shuuyin que le dieron un pequeña reverencia despidiendose de ella, ya que en el gran comedor solo se permitían los sirvientes del propio emperador, negandoles la entrada a la servidumbre de los principes y princesas durante el transcurso de la cena.
Una ves cerrada la puerta y perdiendo de vista a la pequeña princesa los mellizos suspiraron, dejando salir el aire contenido en sus pulmones.
-Hermana, ¿crees qué estara bien?.- Shuuryu miro a su hermana melliza con gran preocupación reflajada en sus bonitos ojos verde olivo.
-Lo estará, ella es bastante inteligente e intuitiva, se alejara si siente peligro, estoy segura.- Sonrío aun mirando la gran puerta cerrada para luego tomar la mano de su hermano y apretarla un poco para calmarlo, soltandola para posteriormente indicarle que deberían alejarse de la puerta y esperar a la princesa afuera mientras durara el banquete.- De todas formas me preocupa más que vaya a enfermar del estomago que otra cosa, la dieta indicada no es tan pesada como lo que acostumbran comer los ricos en los banquetes, podria enfermarse.- Caminaban tranquilamente por el pasillo para detenerse frente al jardín central y tomar asiento en uno de los bancos.
-Si, tienes razón, deberiamos haberle advertido que no comiera demasiado.- Shuuryu suspiró mirando el cielo estrellado de Kou.
-Para ella esto es especial, se le niega comer todo tipo de dulces que normalmente los niños disfrutan y su dieta es ridiculamente estricta, al menos por una noche hay que dejarla ser una niña normal, sin vigilancia, sin restricciones, sin dieta...- Al igual que su hermano Shuuyin miro al cielo pensativa durante unos minutos, para luego agregar.- Solo espero que cumpla la promesa, mientras no descubran lo de su entrenamiento todo estara bien...tanto para ella y como para nosotros...pero, supongo que aun tengo algo de miedo, se como terminara esto para nosotros y se que así lo decidimos hace dos años pero....- Vacilo un momento ante la atenta mirada de su mellizo.- Olvidalo...si lo evitabamos probablemente su destino seria inevitable y nosotros no seríamos mejores que él...seria como criar un animal para el matadero...- La mujer de castaños cabellos bajo la mirada y tapo su boca como si tuviera nauseas de tan solo pensar en eso, hasta que sintió la mano de su hermano sobre la suya y un pequeño apretón en esta, de la misma manera en que ella lo había hecho minutos antes, lo miro y este le sonrío.
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《La novena princesa.❄️》●《Magi: The labyrinth of magic》●[JudarxOc]●
Random☆☆☆☆☆☆EN EDICIÓN☆☆☆☆☆☆☆ Ren Kouzume es la novena princesa del imperio Kou y vive tranquila dentro del hermoso palacio siendo cuidada por sus dos amorosos sirvientes, pero conforme los años pasan, no es sólo ella quien crece, sino también la necesida...