El Legado De La Lanza De La Bestia

12. El Legado De La Lanza

(Pv Mirai)

Tengo sueño

Tan pronto vi a mis padres a salvo sentí que mi cuerpo se liberaba de kilos y kilos de estrés.

Estaban vivos y a salvo

Ahora ellos se encargarán de todo

....¿Se encargarán?

¡¿Acaso eres idiota?!

Traté de abrir los ojos para ayudar a mi familia, no podía quedarme de brazos cruzados esperando a que todo se resuelva mágicamente

—¡Voy a matarlos a todos! ¡Hasta que no quede rastro de ninguno de ustedes!

—¡Ahhhhhh!

—¡Maldita bastarda!

¿Qué?

¿Qué está pasando?

¡¿Porqué no puedo moverme?!

—Jaja

—¿Qué?

Abrí los ojos ojos pero no estaba en la batalla, sino en un espacio a oscuras, completamente vacío

—¿Dónde...?¿Dónde estoy?

—Niña tonta

El Hakumen apareció frente a mí, casi tan grande y aterrador como la primera vez que la vi.

—Todos son tan idiotas—dijo en tono de burla —. Aunque destruyan mi cuerpo, mi objetivo siempre fuiste tu, bastaba con un poco de sangre para que pudiera entrar a tu mente y ahora mientras ellos pelean como idiotas me quedaré con tu cuerpo.

—No—dije tratando de mantener la calma —. ¡No dejaré que te quedes con mi cuerpo!

—¡Tampoco es que tienes muchas opciones, mocosa! —se burló el Hakumen antes de atacarme —. ¡En este lugar no podrás acceder a la lanza! ¡Tus padres están apunto de morir y aunque se liberen y me maten, yo habré ganado.

—¡No voy a rendirme! —exclamé antes de atacar en mi forma Azafuse —. ¡No dejaré que los lastimes! ¡Ni a mis padres del pasado ni a los del presente! —comencé a lanzar rayos y escupir fuego—. ¡Quieres ser humana arrebatando la vida de otros! ¡Y dices ser superior a los humanos y a los yokais! ¡Pero sólo quieres conseguir todo de la peor manera! ¡No dejaré que te salgas con la tuya!

Ya no podía simplemente esconderme detrás de mis padres ¿no se supone que estaba frustrada porque era un bebé y no podía hacer nada para ayudarlos? ¿Cuál era mi excusa ahora? ¿Que me asusta un zorro gigante con cara de rata?

Pensándolo bien, sólo asustaba su tamaño y su cara, realmente no era para tanto.

Mi madre lo derrotó cuando tenía 15 años, mi abuela tuvo que dejar a su hijo sólo para seguir cuidando la barrera para que no escapara, incluso mi padre pasó siglos peleando hasta que al fin pudo derrotarlo pero ni bien había ganado murió sin poder disfrutar su victoria.

Toda mi familia había sufrido por su culpa, y cuando por fin podían tener todos una vida normal, regresaba para joderlos de nuevo

Estaba enojada y esa cosa lo sabía

—¡Jajaja! ¡Eso es! ¡Enojate más! ¡Cree que puedes derrotarme cuando sólo estás luchando en vano!

—¡Cierra la boca! —exclamé antes de sacar mis garras para atacar sus ojos.

Trató de golpearme con sus colas pero esquivé los golpes y al llegar levanté mis garras antes de atravesar sus ojos.

El Hakumen lanzó un grito de dolor que la hizo moverse de arriba a abajo sus colas se lanzaron contra mí pero di un salto para esquivarlas.