Capítulo Diecisiete

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¡Hasta que Benny comienza a entrar en razón!

     Esta noche, me voy a la cama temprano. En la cena, charlamos de los futuros planes deportivos de Matt y Maryanne, quien también estuvo cenando con nosotros (suele cenar en casa unas cuatro veces por semana desde que vendió el apartamento que compartía con el Cerdo Mayor y se compró su nueva casa), y los primeros preparativos de boda de Jonathan y Valerie. Todo estuvo bien, hasta que llegó el momento estrella de la velada. Mi madre anunció el postre, que llevaba mi autógrafo.

     Nada más recordar la reacción de Maryanne me da comezón por todo el cuerpo. Arqueó la ceja, en un claro mensaje que decía: «esa tarta tiene nombre, segundo nombre y apellido».

     Fue un alivio cuando la cena terminó, y no perdí más tiempo. Sin tomar el consabido café en la sobremesa, me excusé con mi familia, incluida mi mejor amiga, y vine a mi habitación. Por desgracia, son apenas las diez de la noche, y no tengo ni media pizca de sueño. No soy de dormir mucho, pero estoy llegando al punto del insomnio. Lo único que mi mente hace es pensar, pensar y pensar. Y todos los caminos conducen hacia el mismo destino.

     Gavin.

     Demonios. ¿Por qué no puedo sacarme al hombre del sistema? Sí, él es guapo, alto, sexy y con un cuerpazo de infarto, que folla como los dioses.

     No. Tacha eso último. Que hace el amor como los dioses.

     No me saco de la cabeza esa noche, la mejor de toda mi vida. El modo en que me poseyó fue casi reverencial. Nunca había experimentado algo como lo que viví esa noche. Fue como si tomara no solo mi cuerpo, sino mi corazón, y los protegiera como el tesoro más preciado.

     ¿Sabría él que era la primera vez que dejaba que un hombre me poseyera? En un momento de aquella noche, por mi mente pasó esa idea, lo que aumentó más mi excitación. Darle aquel regalo a Gavin fue algo que jamás olvidaré.

     Sin embargo, se trató de una función especial ¿cierto? One night only, como se dice en el argot de la industria. Después de esa noche, blindé mi corazón a prueba de balas. Pero hay días en los que pienso, ¿y si hubiera abierto más funciones? No solo durante el horario regular nocturno, también en la tanda de medianoche y hasta el matinée.

     Entonces, vino la estocada final, Gavin diciéndome que me ama.

     No puede ser posible que alguien como él me ame. Yo no merezco ese regalo. Yo no debo ser amado por nadie. Yo estoy roto. Peor, yo destrozo todo lo que toco. Yo no soy digno de amar.

     Mi pasado lo confirma. Aquel año en Nueva York... Por Dior, soy un desastre de persona. Jake...

     No.

Descubriendo mi Corazón© (Mi Corazón #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora