☆¡𝔑𝔬 𝔖𝔬𝔶 𝔘𝔫𝔞 𝔑𝔦𝔫̃𝔞, ℜ𝔬𝔪𝔢𝔬!☆ (𝙴𝚗 𝙲𝚘𝚛𝚛𝚎𝚌𝚌𝚒𝚘𝚗)

𝚕𝚊𝚝𝚒𝚍𝚘𝚜ⓧ𝚊𝚕ⓧ𝚌𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘𝚗

¿Las golosinas siempre fueron tan deliciosas? no podía recordar un momento en el que se me permitiera comerlas con total libertad.
Pero Gracias al libertinaje de hisoka, pude experimentar nuevos sabores, cosas que nunca en mi vida había visto, realmente valía la pena que me obligara a probar todos los sabores de masticable rosa que el encontrara.
Hisoka me agrada, es un buen tipo... uno demasiado mal de la cabeza, pero un buen tipo...bueno, tampoco es como que haya tenido amigos antes, o que me criara con buenas personas.
Al final, lo único que importa son las personas que te ayudan a sentirte bien contigo misma y las que te roban una sonrisa.
eso si lo se, porque mi padre lo es, mi mejor amigo, mi ejemplo y mi todo. mi padre es como la gravedad en la tierra. Un hombre bueno pero cruelmente realista y aunque intente negarlo, soy consciente de lo desesperado que esta por robar algo que le permita mantenerme a su lado.
Me gustaría saber que tipo de expresión tendría al saber que hisoka era una excelente niñera...y que me tenia montada en su espalda mientras pateaba a un hombre bestia.
-entonces?- pregunto burlonamente hisoka -no querrás verme aquí el próximo año- amenazo sarcástico.
-y si lo cocinamos?- le seguí la corriente para asustar a aquella bestia -creo que un bisté de hombre bestia me seria bastante apetecible después de una desagradable charla- mire a hisoka y el me miro con asco.
-soy payaso asesino, no un carnívoro ¿me ves cara de ser como el imbecil de it?- comento orgullosamente y yo asentí -tengo una mejor idea- agrego, logrando estremecer a la bestia bajo sus pies- lo descuartizamos y se lo enviamos al consejo de cazadores- yo le quede mirando con una cara bastante exhausta hacia todos los comentarios homicidas de aquel pelirrojo .
La bestia se transformo en un hombre joven, y resignado sobre su eminente muerte, acepto ser nuestro guía gustosamente.

Anteriormente mencioné lo mucho que me agradaba Hisoka...pero también debo confesar qué hay algo en su mirada que no me agrada.
Extrañamente, la habilidad que me acompañaba, no era la mas deseable para alguien que presencia todo tipo de homicidios como yo. Es extraño deducir los mas profundos deseos del corazón con solo una mirada, pero ahí esta, y es algo con lo que tarde o temprano se aprende a vivir.
La mirada de hisoka recaía burlonamente sobre la mía, puesto que del susto que me dio sentir como el elevador -que había resultado ser la habitación trasera de un restaurante- comenzaba a bajar repentinamente, le había tomado el chal en su cadera, aferrándome de modo que me evite una evidente caída.
-perdón- le musite un tanto mareada y sin dejar tiempo para mi orgullo.
Hisoka soltó una risita baja y me tomo por la gorra de mi chamarra, de pronto mis pies no sentía el piso y mi rostro se encontraba a la altura del ojos ámbar.
-me halagas, pero no eres mi tipo- declaro el pelirrojo dramáticamente -las niñitas como tu, son demasiado problemáticas para mi- termino de agregar dejándome lo suficientemente confundida como para intentar darle un manotazo que desvió soltando su agarre de mi chamarra.
-hijo de tu mama!- exclame a forma de insulto, mientras reprimía lo que realmente quería decirle.
-no metas a mi madre- amenazo por lo bajo sombríamente -eres un engendro del diablo ¿lo sabias?- el tono de voz ahora se le escuchaba burlón.
-supongo que ese apodo me viene bien- admití, guardándome los posibles comentarios que terminarían por cabar mi propia tumba -pero definitivamente eso a mi me viene, ¿no zorro?- .
-pensé que me tratarías de zorra- contesto ofendido.
-¿que?- era impresionante como hisoka podía desviar mis pequeños intentos de ofenderlo.
-so- dijo tan rápido, que cuando lo termine de procesar el ambiente del lugar se tenso.
Las puertas del elevador se abrieron y hisoka se permitió seguir con su vida, dejando a la joven completamente irritada en el elevador.