Vínculo

Capítulo 2

Con cada día que pasaba, el aroma de Sasuke se iba volviendo más pesado y embriagador. Su celo estaba a la vuelta de la esquina y eso hacía que su alfa interior estuviera inquieto, queriendo estar en todo momento con su omega, vigilándole y cuidándole.

Se puso a pensar entonces que él en realidad no tenía muchos conocimientos con respecto al celo de un omega. Si bien era cierto que ya había compartido su primer celo con Sasuke, ambos habían estado tan perdidos en las hormonas que les golpearon como un tren como para estar conscientes de lo que estaba pasando. Fueron unos días a base de puro instinto, donde luego tuvieron que pasar toda una tarde en el hospital para poder asegurarse de que ambos estuvieran en buenas condiciones.

Aunque el primer celo siempre solía ser el más fuerte, porque el cuerpo de las personas estaba presentándose apenas, sabía que había cosas o cuidados que un omega necesitaba durante ese periodo. Era igual con los alfas, había cierto tipo de cosas que debían tener en cuenta al momento de su propio celo.

Naruto, al ser un alfa, sabía lo que él mismo necesitaba mientras estaba en celo. Principalmente agua, alimentos ricos en proteínas, paños fríos para calmar la fiebre... Especialmente considerando que todos sus celos, a excepción del primero, los había pasado solo, y la única manera para que la fiebre disminuyera de manera natural y de que su cuerpo encontrara alivio, era haber tenido a un omega que cuidara de su celo. Y, claro, él siendo él, jamás consideró en ningún momento en pasar su celo con alguien que no fuera su compañero.

Hubo alguna que otra ocasión en que Jiraiya le había sugerido buscar alivio para su cuerpo con algún omega de alguna de las villas en las que había estado mientras entrenaba con él, pero él se había negado. No traicionaría jamás a Sasuke, aunque este no le quisiera. Además, estaba acoplado, y su vínculo no le hubiera permitido desear a otro omega, incluso cuando el Uchiha se había esforzado tanto por cortarlo.

Ahora que había recuperado a Sasuke y que pasaría su celo con él, se sintió un idiota por no investigar más sobre los omegas y sus necesidades. Quería poder cuidarlo como se merecía, y para eso necesitaba información. Con esa intención en mente es que había creado un clon de sombra para que fuera a la aldea que estuviera más cerca, para que buscara a alguien que pudiera brindarle la información que requería y, de paso, comprar lo que fuera necesario.

No creía que Sasuke se hubiera dado cuenta de lo que había hecho, puesto que en el pre-celo en el que se encontraba, estaba más distraído y su cuerpo estaba más cansado, buscando más contacto físico de lo usual, sus instintos saliendo a flote y necesitando la cercanía de su alfa para poder centrarse. Era también por esa razón que había decidido mandar un clon en lugar de ir él mismo. Sabía que el omega interior de Sasuke podría inquietarse mucho si le dejaba solo, considerando que fue descuidado y abandonado hasta lo más profundo de la mente del azabache durante los años que estuvieron separados. Debía de estar temeroso de que se fuera y volviera a quedarse sin su alfa, sobre todo porque también había pasado su último celo solo, añorando a su compañero.

Sí, definitivamente no podría separarse de Sasuke ahora. Su alfa interior tampoco estaría tranquilo de dejar a su compañero a las puertas del celo luego de que al fin lo hubiera recuperado. Lo que más quería era envolverlo con sus brazos y no soltarlo nunca.

Con eso en mente, su mirada se dirigió al futón en el piso, donde Sasuke descansaba en un sueño profundo.

Imaginó que, al siempre estar solo y valiéndose por su cuenta, dormiría poco y bastante ligero durante las noches, siempre alerta. Su cuerpo debería estar agotado.

Una sonrisa se asomó en sus labios al estar consciente de que, para que Sasuke estuviera dormido así, tenía que sentirse muy seguro. Ser portador de su confianza de ese modo hizo que se le calentara el pecho. Sabía que Naruto no se iría, que le cuidaría y protegería mientras dormía, que no estaría en ningún tipo de peligro, que podía bajar la guardia.