NO TE DEJARÉ MORIR || Levi Ackerman x Tú ||

Capítulo 1

Perdía el aliento mientras mis piernas pequeñas corrían rápidamente, casi saltando de la alegría por haber conseguido lo que tanto queríamos.

-Levi... mira, conseguí esto -me acerqué a mi mejor amigo y le tendí lo que traía en las manos.

Levi me observa unos segundos antes de prestar atención al pequeño pedazo de pan que tenía en mis manos. No era mucho, pero algo ya es algo y esto es lo mejor que nos pudo pasar.

-¿De dónde lo has conseguido? -preguntó.

Negué con la cabeza indicándole que no es necesario revelar ese detalle y partí el pedazo de pan en dos para darle la mitad más grande (nunca le atino a partir en partes iguales). Ambos no tardamos en acabar con el pan, aún teníamos hambre pero por lo menos no tanta como hace unos segundos. Estaba satisfecha por haber conseguido un poco de comida, aunque fuera robando.

Miré a Levi, observé su piel pálida y su cuerpo gravemente desnutrido, su piel hundida hasta tomar la forma de los huesos, demostrando su grave condición. Me preocupaba, no podía negarlo y es por eso que siempre intentaba hacer algo por él, aunque sea algo mínimo. Yo estaba casi en las mismas condiciones que él, pero no tanto.

-Oye, ¿quieres que te cuente algo gracioso que pasó? -me senté a su lado y sonreí un poco. Levi solo me miró para que hablara y eso hice.

Levi y yo siempre hemos estado juntos, desde que nuestras madres se conocieron por el mismo "trabajo". No recuerdo una vida sin Levi en ella, aunque apenas y se movía... como ahora que estaba abrazando sus piernas mientras estábamos en la habitación de su mamá. Me escuchaba hablar y no hacía nada más, quería distraerlo de ver a su madre en aquella camilla, pálida, delgada... y muerta.

-¡Huh! -me sobresalté al escuchar pasos acercándose-. Rápido, hay que escondernos.

Intenté jalar a Levi pero este no se movió, los pasos se hicieron más fuertes y no quería abandonarlo, así que solo me escondí tras la puerta y lo observé. Busqué con la mirada cualquier cosa que me sirviera para atacar a la persona en caso de que fuera necesario. Pero el miedo me lo ponía difícil, estaba aterrada de quien sea que había entrado a la habitación.

-¿Cómo te llamas? -preguntó el hombre recién llegado.

-Levi. Solo Levi.

El hombre se sienta en el suelo arrastrándose contra la pared. Me escondí un poco más tras la puerta y guardé silencio para que no me descubriera.

-Soy Kenny. Solo Kenny.

Miré a Levi queriendo que me devolviese la mirada para decirle que nos larguemos de aquí por si ese hombre fuera peligroso. Tenía miedo de que él estuviera allí con aquel, pero Levi jamás me miró.

-Conocía a Kuchel. Encantado -habla el tal Kenny.

Pasados unos minutos en completo silencio y tensión de mi parte, Kenny invita a Levi a salir de aquí mientras se levanta del suelo, Levi también lo hace pero mira en mi dirección haciendo que Kenny igualmente me viera. Volví a esconderme aunque fuera tarde, pues ya me había visto.

-Con que otra niña... -murmura el hombre-. Puedes traerla si eso quieres.

Kenny sale de la habitación y Levi se acerca a mí, apoya su mano en mi cabeza para asegurarme de que estaba bien, además de mostrarme una leve sonrisa para tranquilizar mi asustada alma. Dudé aún así, pero confiaba en Levi. Él tomó mi mano y me animó a salir se mi escondite para seguir a Kenny sin perderme de vista aunque me mantuviera a su espalda, sin soltar su mano, en realidad me aferraba a él cada vez más. Kenny nos mira por encima del hombro unas cuantas veces pero no dice nada.

Llegamos a un bar donde la gente se nos quedaba viendo por unos instantes pero Kenny nos hizo sentarnos y nos dio de comer. ¿Por qué hacía esto?

Miré a Levi, quien comía desesperadamente de los panes en la mesa, yo apenas y miraba el pedazo frente a mí. Estaba confundida...

-¿No comerás? -pregunta Kenny observándome.

No respondí, agache la cabeza con timidez mientras fruncia los labios dudosa hasta que sentí a Levi apoyando su mano sobre mi cabeza nuevamente, lo volteé a ver, él masticaba y seguía comiendo pero no me miraba, solo apoyaba su mano en mi cabeza. Suspiré y agarré el pan para empezar a comer.

-¿Cómo te llamas tú? -pregunta Kenny luego de tomar un gran sorbo mientras me mira.

-__..______ -dije casi en un susurro.

-¿Y qué se supone que son ustedes? -pregunta.

-S..Somos... amigos -respondí.

Él asiente comprendiendo, ya no dice nada ni vuelve a preguntar otra cosa. Levi y yo acabamos de comer y casi de inmediato dejamos el lugar. Pero Kenny dijo para acompañarlo.
No sé a dónde ni para qué lo quería, pero a Levi no parece importarle y lo sigue, aunque me agarra la mano para que no me quedara atrás. Supongo que no tengo opción.

***

***

Kenny es un tipo extraño. Muy extraño.
Nos ha dado de comer y nos ha enseñado a usar un cuchillo en defensa propia, ¿por qué? No tengo ni idea... pero, quizás esto sea bueno, quizás sea mi oportunidad para aprender más y poder defender a Levi tanto como él me ha defendido en todo este tiempo, incluso como ahora lo hace...

-¡La vuelves a tocar y estás muerto! -grita Levi al hombre que había intentado secuestrarme para ganar dinero conmigo, más bien, con mi cuerpo virgen, como él me ha llamado.

Le había dado una paliza y la gente se había juntado para ver la pelea. Me sentía impotente por no poder ayudar a Levi, aún era débil y eso me frustraba. Debía esforzarme más, debía entrenar más y aprender a no depender de Levi.

-Levi, ya vámonos -pedí finalmente.

Él me ve y luego al hombre todo golpeado en el suelo. Chasquea la lengua pero se acerca a mí, aunque ve algo tras de toda la gente y al seguir su mirada me di cuenta de que Kenny se estaba marchando... quizás para siempre. Ya no podrá enseñarme más, necesitaré aprender por mi cuenta.
Definitivamente... si no quiero que Levi se manche las manos por mí, debo mejorar.

-Gracias... -abracé a Levi aunque no me correspondiera del todo, solo apoyando su mano en mi cabeza.

Agradecía tenerlo conmigo y por siempre estar para mí, no quiero ni imaginarme lo que hubiera sido de mí si él no estuviera aquí. Seguramente estaría perdida al borde de la muerte.