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Caricias, besos y las pequeñas risillas cómplices. Fue lo que más quedó en la mente de ambos chicos después de aquella noche.

Desde entonces habían pasado varias semanas y la complicidad en sus miradas empezaba a enervar a Hoseok.

—¿Los veo entonces esta noche?

—Sí.—Respondió Jimin a Taehyung que pasaba por la floristería para invitarlos a cenar junto a su novia. —Bien, ahora iré a decírselo a Hoseok Hyung y a mis hermano Seokjin.

—Vale Taetae.

—Nosotros llevaremos una de nuestras hermosas cestas para los prometidos.—Dijo Jungkook guiñando a un sonrojado Taehyung.

Cuando el chico se fue, ambos continuaron atendiendo a las clientes.

—¿Podría darme su número? —Dijo una chica que rondaría la edad de ambos en dirección a Jungkook que alzó la vista para ver a la chica. —Ya sabe, para hacerle pedidos...

—En tal caso, tenga nuestra tarjeta, ahí tiene el número de la tienda y horarios.—Jungkook volvió a bajar la vista al ramo que estaba terminando y Jimin que se había detenido a escuchar esbozo una sonrisa.

—G-gracias...supongo. —Dijo la chica y Jungkook poco después cobró el ramo para verla salir de ahí.

—La chica intentaba ligar contigo jovencito...—Dijo una señora de cabello canoso y sonrisa amigable.

—Déjalo mamá, seguro el chico tiene pareja, por eso ha dicho que no. Todo un caballero.—Dijo sonriendo con los ojos y ambas se despidieron para irse y dejar por fin la floristería más silenciosa.

Jimin, sin embargo, no dejaba de procesar aquella frase y sin querer tenía una mueca en su rostro y el ánimo bajo.

Cuando cerraron Jungkook llevaba la cesta a su casa, donde terminarían de arreglarse ambos para ir a la cena.

Jimin puso su mejor ánimo por no hacerse notar triste y alicaído, así que sacó algunas de sus prendas favoritas en las que solía salir cuando iba de fiesta.

Un camisa blanca traslúcida y sus pantalones jean favoritos, sus botines negros y el cabello partido por la mitad algo ondulado.

No llevaba maquillaje porque ya no le quedaba las pequeñas muestras que alguna vez llego a tener cuando compró en un tienda. Así que solo puso sus cremas y perfume para esperar a Jungkook, quien había salido de su habitual ropa a una camisa también  blanca. que Jimin le había regalado y unos jeans más claritos. Se había ondulado su cabello y se puso un poco de brillo en los labios.

Cuando salió Jimin alzó su pulgar.

—Deberíamos llevarnos chaqueta, pone que va a bajar la temperatura...

—Iré a por nuestras chaquetas. Ve llamando al ascensor.—Dijo Jungkook y fue a la habitación del su amigo, llegando a ver el desorden en su cama. El chico había dejado algunos pantalones ahí. Y su mesilla tampoco era distinta, tenía la bolsita neceser de pollitos con los cosméticos casi terminados o rotos. Algunos ya no tenían ni siquiera el nombre de la marca.

Jungkook fue hasta su armario y tomó la chaqueta que él le había regalado en uno de sus cumpleaños.
Luego fue a por su chaqueta beige y siguió a Jimin quién estaba con el semblante triste.

El silencio en el ascensor no duró cuando Jungkook vio los ojitos tristes de Jimin.

Por eso no se maquillo...

Conociendo a su amigo de tantos años, sabía que Jimin le gustaba escuchar de vez en cuando algún cumplido.

—¿Te apetece que mañana vayamos al centro comercial? Hace mucho no vamos a ver tiendas.

Ending Scene | Jikook - HopekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora