dragones:guerra de las tinieblas

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ada mil años él despierta…cada mil años la vida está en peligro…cada mil años…surge una luz de esperanza…
E

ra una mañana fría, el cielo estaba nublado, lo que provocaba que el mar se viera gris, una figura volaba en lo alto, meciendo dos poderosas alas que lo impulsaban, aquella misteriosa figura era un dragón, pero no era cualquier dragón, era un Furia Nocturna, uno de los dragones más fieros y legendarios de todos.
Pero este no era cualquier Furia Nocturna, tenía dos cosas que lo hacían diferente a los demás dragones; la primera era que llevaba una prótesis en su cola, una aleta de color rojo que le ayudaba a equilibrarse en el aire, la segunda era que iba montado por un humano.
Ese chico respondía al nombre de Hipo Horrendo Haddock III y pertenecía a una orgullosa tribu de vikingos de una remota isla llamada Berk y digo "pertenecía", porque ahora no era más que un traidor de aquella tribu.
Los berkianos eran vikingos, pero que estaban en guerra con los dragones, quienes constantemente aparecían y atacaban, llevándose comida, el jefe de la tribu, Estoico el Vasto, era el mejor mata dragones de la isla, pero también era el padre de Hipo.
Y aunque era el heredero de Berk, Hipo siempre fue un marginado entre los suyos, él no era el clásico vikingo, fornido, musculoso, fuerte, con más musculo que cerebro, siempre fue flaco, débil y el objeto de burlas de los demás.
Siempre se esforzó para demostrar lo que valía, una noche, durante un ataque más de dragones, Hipo logro lo que se creía imposible, derribo a un Furia Nocturna, el mismo que montaba en ese momento, pero nadie le creyó y decidió buscarlo.
Una vez que lo encontró se preparo, sabía que si lo mataba y se lo entregaba a su padre, este lo recibiría como un héroe y sería aceptado por su propia gente como siempre había querido, pero no pudo serlo…no porque fuera un cobarde, sino que por primera vez, vio al dragón de manera diferente.
Ahí, indefenso, el Furia Nocturna estaba aterrado, como si supiera lo que le iba a pasar, Hipo tuvo compasión de él y le perdono la vida, pero aunque lo dejo vivir, el dragón ya no podría volar por sí mismo, ya que Hipo le había destruido una de las aletas de su cola, mismas que le ayudaban a nivelarse mientras volaba.
Fue así que comenzó sus investigaciones sobre el Furia Nocturna, lo estudio, aprendió sobre él e incluso, comenzó a entrenarlo, le diseño una silla de montar y tras algunas semanas, logro diseñarle una cola artificial para ayudarlo a volar.
La prueba fue un éxito, pero Hipo descubrió que para poder hacer funcionar bien la cola, él debía montar al Furia Nocturna, al principio, el dragón se resistió, pero poco a poco acepto al humano, quien le diera por nombre "Chimuelo".
Pero si había algo que preocupara a Hipo era la reacción de su padre y de la tribu, su padre, Estoico, lo obligo a entrenar para matar a su primer dragón y gracias a los descubrimientos de Hipo sobre ellos, mejoro bastante en el entrenamiento o al menos, esa fue la impresión que dio.
Una vez que su padre regreso de otra búsqueda por el nido de los dragones, mismo que habían intentado destruir desde hacia tiempo, se encontró con la noticia de las mejoras de su hijo y su ego aumento cuando escucho que él mataría a su primer dragón.
Decidido a no llegar a eso, Hipo tomo la elección de irse de Berk para proteger a su dragón, ya todo estaba listo para que ambos se fueran, pero entonces ocurrió lo que tanto temía, Astrid, la joven vikinga más dura de Berk, quien había competido para lograr lo que Hipo había logrado, descubrió a Chimuelo.
Hipo trato de persuadirla de no contarle a nadie, pero la chica, cegada por los celos y por las tontas creencias de su tribu, hizo caso omiso y corrió a contarle a Estoico, con el corazón destrozado y con profunda tristeza, Hipo decidió dejar Berk junto con chimuelo…para siempre.
Ahora ambos volaban sobre el mar, alejándose más y más de Berk, así como del nido de dragones y de la pesadilla que ahí habitaba, no sabían cuantas horas llevaban volando, solo querían alejarse más y más.
Hipo miro a su alrededor-Bueno Chimuelo, tenemos que comenzar a buscar donde pasar la noche-dijo con cierta pesadez y Chimuelo gruño en señal de aprobación-¿sabes? No puedo evitar preguntarme qué está pasando en Berk, seguramente mi padre ya me nombro traidor de la tribu-dijo sonriendo con tristeza.

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