Cuando Habla El Corazón.

IV

Tengo mi alma que se desarma con dos palabras: TE QUIERO, y solo las tuyas me llenan, aunque casi muerta mi insípida confianza en lo absurdo de tu decir, conciliar el sueño si no oigo tu voz es cada vez más difícil. Solo medio día que no estás a mi lado y ya desesperanzado mi corazón pronuncia tu nombre con una toz increíblemente fuerte, tanto que apenas se oyen a mis ojos pronunciar en una lágrima que te extraño.
En encuentros entre copas y cigarros es cuando más tu niebla nubla mi mente, ensuciando mi mente con tu obscuridad de tentaciones.
Cesan mis ojos en un sueño infinito y comienzo a soñar contigo, mientras espero al tiempo y al karma (ya sabes que son unos cabrones que siempre lo joden todo)... mientras nuestros pecados se reduzcan y aplanen nuestras emociones y sin vacilaciones nos envolvamos en una sábana de caricias, juegos, besos, toques de adrenalina y risas de niños cosquilludos, no creo que cesen los motivos, esos que se convierten en placer que hoy no podemos tener y que yo solo logro llamar: "EL ABRAZO", pues es cuando nuestras almas llenas de sucios pensamientos llegan al contacto de un abrazo ensangrentado con lujuria ocasionada por un par de copas de vino barato  y unos cigarros maltratados. Cada vez más se quiebra mi mente y poco a poco se relajan tus recuerdos por los "Salones del Deseo".