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29 de mayo del 2020

La última blusa extendida sobre la cama fue doblada y colocada de vuelta al equipaje de Taylor, logrando terminar de guardar sus pertenencias con bastante tiempo de antelación, su vuelo de vuelta a Nueva York estaba programado para salir por la noche, lo cual significaba que tendría el resto de la tarde para caminar por las calles de L.A. o simplemente para descansar en la habitación del hotel donde se encontraba. Por la ventana pudo visualizar las transitadas calles de la ciudad, con esto descartando la primera idea y tomando uno de sus libros para continuar con su lectura reposada en el sofá de la blanca habitación.

Sumergida en las páginas, perdió la noción del tiempo hasta que sintió su celular vibrar junto a su pierna, sintiéndose tentada a ignorar la llamada que suponía que era de Ivy, quién comenzaba a hacerla sentir agobiada desde días atrás con la insistencia en firmar un contrato que no le terminaba de convencer a Taylor, pero el nombre de su amiga en la parte superior de la pantalla desapareció el estrés que comenzaba a surgir.

- Por un momento pensé que no contestarías. - Barbara dijo del otro lado de la línea.

- Estuve a punto de no contestar pensando que eras otra persona. - Se sinceró con ella, escuchando su risa en respuesta. 

- ¿Sigues en la ciudad? Más tarde iremos a comer en uno de los restaurantes favoritos de Ni y sería agradable que vinieras. - Añadió sin darle tiempo de responder la pregunta. - Realmente la pregunta sólo es por cortesía, sé que no te has ido. 

- Siempre tan directa. - murmuró con diversión, acostumbrada a la personalidad de su amiga. - Realmente no sé si pueda asistir, mi vuelo sale por la noche. 

- ¡Oh vamos! - exclamó con indignación. - La tarde es larga querida Taylor, sólo serán un par de horas y estarás a tiempo en el aeropuerto. 

- ¿A qué hora y en dónde los veo? - preguntó segundos después de un corto silencio, siendo convencida por la seguridad en las palabras de la rubia. 

- Será divertido, lo prometo. - la risa del irlandés se escuchó en el fondo, seguido de un quejido. - Te mandó la ubicación por mensaje, nos vemos en una hora. 

Con el ceño fruncido, observó la pantalla de su celular con confusión ante la repentina prisa de su amiga, volviendo a dejarlo en el sofá para continuar con su lectura por media hora más. 

Basándose en el tiempo que llevaba conociendo a Niall, no se sorprendió cuando llegó al restaurante que tenía pinta de ser muy exclusivo, sabiendo que el chico disfrutaba de la privacidad cuando se trataba de un momento de convivencia con sus amistades. Siendo guiada por el personal del recinto, visualizó a su amiga sentada a un lado de su pareja, quienes le sonrieron al verla acercarse, la sonrisa de su rostro titubeó al darse cuenta de la presencia de Harry en frente de ellos, quién lucía igual de sorprendido que ella. Un fugaz intercambio de miradas con su amiga fue lo que necesitó para saber que, junto con el británico,  habían sido emboscados por sus propias amistades. 

- Lamento la demora. - murmuró llegando hasta ellos, sentándose en la silla libre que se encontraba a un lado del rizado. 

- Has llegado a tiempo, sólo que nosotros llegamos antes de la hora establecida. - respondió Niall abrazando a su novia por los hombros. 

- No sabía que vendrías, Harry. - comentó con una media sonrisa. - Me alegro de verte nuevamente. 

- Al parecer éramos los únicos que no estábamos enterados de nuestras presencias. - respondió, dando una mirada curiosa a la pareja que tenían enfrente, quienes no se veían culpables de sus acciones. - Te ves encantadora, como siempre. 

Golden Pt. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora