- 04 - Bálsamo -

2.2K 205 112
                                    

Uno de los pasatiempos menos conocidos de Raya, era tener ese pequeño fanatismo por los bálsamos labiales, donde untaba un poco en sus labios, teniendo un mar de sabores en estos, humectando cada centímetro de la zona, y dejando un color mas vivido.

Sin embargo, aquello causo furor en la gobernante de Colmillo, pues a pesar de tener cierto choque, o rocé con la princesa, de alguna u otra forma lo supo. Por lo que siempre que la encontraba o visitaba para algún problema de regiones, u otras cosas que dependía de su madre. Trataba de poner la mayor de las atenciones, pero ¡dios! Raya no le dejaba las cosas tan fáciles.

Desde que supo que la princesa de Corazón usaba bálsamos labiales, no pudo evitar estar mirando los labios de Raya, aunque le vendasen los ojos para tener sus otros sentidos activos, pero no. Raya tenía una diminuta pizca de egocentrismo, y el mismo bálsamo tenía olor. Y gracias a que fue criada en una región donde los felinos eran parte de su vida cotidiana; hasta incluso cultura, era inevitable no tener el sentido del oído malditamente desarrollado como esos felinos, lamentando tener que escuchar cada que Raya relamia sus labios y, ¡basta!

Namaari ya no podía tener la imagen mental de tener, o tan siquiera probar ese bálsamo de olor a miel. ¿Realmente sabrá igual?

No sabía, pero prefería correr el riesgo. Y ante la oportunidad que tanto buscó, pudo infiltrarse a una posible búsqueda de la princesa de Corazón, tratando de escabullirse entre los pasillos y tratar de que su madre; de algún modo, no la viera infraganti paseándose en el reino vecino.

Y sin embargo, en su “larga” búsqueda, no pudo evitar no mirar y chocar de manera accidental con Raya, quien de inmediato se quejó por el dolor causado por el cuerpo de la soberana de Colmillo.

── ¡Por dios, Namaari! ¿Qué haces aquí? ── pregunto la sonrojada Raya, al ver que era la de cabello corto, y mas, quien estaba a punto de verla humectarse sus labios con un bálsamo labial, esta vez de olor y color cereza.

Namaari no respondió, pues su sentido del olfato agudo actuó inmediatamente, oliendo el sublime aroma que provenían de los labios de la chica de Corazón. Y sin notarlo, ya tenia a Raya acorralada, tomando su mentón, mirando fijamente esos carnosos labios de color cereza y olor al mismo.

── Na-Namaari ¿Qué diablos haces? ── dijo tartamudeando Raya, al sentir la cercanía de la contraria; casi, sintiendo el roce de sus labios.

Sin embargo el silencio se prolongo mas de lo que hubiera deseado, pues necesitaba la respuesta de la contraria, o morir por causa de la terrible tortura que le apuntaba a una grave taquicardia.

Solo deseaba que Namaari no escuchara o sintiera su corazón.

── Eres terrible, venturi ── fue lo único que escucho Raya por parte de Namaari, antes de que la soltase y se fuera por donde vino.

El aire sentía faltarle en microsegundo, pues a pesar de ese intervalo, tan eterno en sentir esa horrorosa; por no decir fascinante, cercanía de la princesa de Colmillo.

Tal vez, solo tal vez Namaari había tomado cierta venganza pequeña por sentirse seducida ante el pequeño coqueteo que Raya le aventaba cada que mordía sus labios.

──────────────────────

Continue.

¡Ay! Se supone que si se iban a besar -llorar-

Al chile si se los compensó, 1 disculpa.

🌹 ArxmoGrl

Beautiful AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora