Capítulo 15

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Miraba sin parar las estanterías de los libros de derechos buscando uno que me ayudara con el caso que mi abuelo me había pedido ayuda. Caminé otro poco más por el pasillo y tomé el libro de los delitos y de las penas, lo hojeé varias veces y sí, es el libro que está buscando. Me senté en la silla y vi que mi teléfono estaba parpadeando.

Lo tomé y vi que es un mensaje de Asher:

< De Asher a las 18:20 p.m.>

"Tu príncipe azul va de camino a la biblioteca municipal de Madrid.

Mmm...Hoy día me has vuelto loco con esa falda blanca y una polera negra mía.

Me has hecho el hombre más feliz"

Sonreí por su mensaje, me encanta este hombre. Respondí rápidamente y me concentré en ayudar a mi abuelo en caso de que me había mandado. Tome varios apuntes en mi cuaderno para no pasar por alto en temas tan delicados como los cargos. Esto era algo habitual entre mi abuelo y yo, cada semana me envía casos en lo que está trabajando para irme familiarizando cuando entre a trabajar a su despacho y ha sido así desde pequeña, prácticamente me han criado para ser una de las mejores abogadas tanto como lo es mi abuelo.

A pesar de que amaba con todo mi corazón a mi abuelo, a veces también lo odiaba porque no me dejó experimentar con otras carreras como turismo, gastronomía o medicina, no para él solo existía una sola carrera que era derecho y como yo era su única nieta tenía que seguir con legado, así como su hijo y ahora yo. Golpee el lápiz contra la mesa porque ni siquiera sabía si era lo que realmente quería para mí, no lo sabía porque siempre ha estado ahí conmigo, desde pequeña que mi abuelo me daba libros de derechos para leer y después me hacía preguntas sobre el libro y si las respondía correctamente me compraba el libro quería o una muñeca.

Me concentré en los documentos que tenía frente a mí y comencé a trabajar en los últimos detalles para poder irme a mi departamento y poder descansar porque siento que en estos últimos días no lo he podido hacer por la culpa de Asher. Suelto un suspiro al pensar en el fin de semana tan caliente que tuvimos. Solo han pasado tres días y aún sigo satisfecha.

—Hola, mi Sweety—susurro con voz ronca en mi oído y dándome un beso en la mejilla—. Te extrañé, mi diosa.

Cuando me gire Asher me dio un breve en los labios y pasó lentamente su lengua por mi labio inferior antes de comenzar a besarme más profundamente. Puso su mano en mi cadera y con la otra mano acariciaba mi mejilla, solté un gemido que fue silenciado por el beso. ¡Dios cómo es posible que ya me sienta caliente! Ambos nos separamos cuando necesitamos un poco de aire y se sentó a mi lado con una sonrisa burlona y maliciosa que era una costumbre de él.

No puede evitar hacer un repaso por su cuerpo ese día andaba con un jeans roto en la rodilla con una camiseta negra manga larga que se adhería perfectamente a su marcado torso y una casaca de imitación cuero negra. Toda una bomba sexual—me dije a misma.

Negué con la cabeza y volvió a concentrarme en los documentos que tenía enfrente e intenté ignorarlo.

—¿Te quedas conmigo esta noche? —pregunto arrastrando las palabras con acento marcado y rudo, que me hacía estremecer por completo—. Necesito volver a sentirte—soltó sin descaro y con una sonrisa deslumbrante.

—Ya veremos guapo, tengo que terminar este caso, Asher—le respondí con un puchero y sonrió con una jovial sonrisa. Se inclinó y me dio un breve beso—. Ahora mantente calladito y pórtate como un niño bueno.

Él soltó una carcajada y sentí como arrastraba una silla para acercarse a mí, pero no lo mire porque estaba intentando encontrar la ley que necesitaba para el caso.

Insuperable EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora