James y Janny eran dos gemelos muy peculiares, sus padres habían muerto en un derrumbe en su propio negocio, un negocio muy colorido, eran dueños de un zoológico privado, era un sueño para ellos.
Dedicaron sus vidas a mantenerlo y con él enseñarle a la gente sobre la belleza del mundo animal. Pero perdieron espacio ante otras atracciones y con el empobrecieron. Hasta que la falta de mantenimiento llevó a colapsar una de las edificaciones.
Ambos murieron dejando a sus hijos huérfanos, pero ellos juraron cumplir el sueño de sus padres, harían un zoológico maravilloso que asombraría a todos, con animales nuevos y maravillosos.
El primero de ellos sería Puggy, como ellos lo llamaron, lo criaron en secreto en su habitación pero Puggy nesecitaba mucha comida para crecer fuerte y sano, también le quedaba pequeño el espacio de la habitación, solía volar y correr cuando sabía que era seguro.
-James* Ve Puggy, ve por tu pelota.
-Janny* Ya la atrapé, ven Puggy, ven muchacho.
Los hermanos se arrojaban la pelota uno a la otra para jugar con su linda mascota. Movía la cola para ellos, eran su mundo y su razón de ser.
-Jan, pronto debemos ir a por comida.
-James, no me gusta robar.
-Pero es nuestra única opción, aunque le diéramos toda nuestra comida pasaría hambre, además la comida sobra en la cocina.
Todos los días los hermanos salían a hurtadillas hacia la cocina. Debían tener cuidado con Mela, la cocinera, era una mujer fea aunque amable, pero igual espantaba y sabían que no tolelaria el robo y ya se había quejado de algunas faltas en la despensa.
Un día Mela decidió quedarse hasta tarde en la cocina tenía que matar los ratones que robaban la comida, se oculto tras las largas tendederas de ajos y cebollas al final de la despensa. Fue una tremenda sorpresa ver niños malcriados y no ratones. Los siguió.
Subieron las escaleras hasta los cuartos y entraron en su habitación. Cuando entró un minuto tras de ellos casi se desmaya al verlo. Una bestia, un monstruo, parecía un perro pero no lo era, tenía alas de murciélago pero tampoco era uno, la quijada no tenía mejillas la baba caía al piso, los pelos erizado, las orejas enormes y puntiagudas estaban llenas agujeros, la cola se movía como la de un gato o tal vez lo fuera, cuando giró para ver a Janny en vez de a James se vio lo más horrible, tenía dos cabezas, la de gato pegada al cuello de la otra parecía mordisqueada con ojos sangrantes.
Los gemelos no tuvieron mucho material para su primer experimento, un murciélago que pudieron atrapar, un gato enfermo que rodeaba las0 cornizas de la habitación de vez en cuando y un perro guardián que enterró el jardinero al fondo del jardín.
Puggy se erizo de pelos cuando sintió un fuerte olor a cebollas y ajo, miro la puerta y supo que alguien venía a lastimar a sus padres, el dulce cachorro comería mucha carne esa noche, la suficiente como para alimentar un perro doberman, un gato siamés y un murciélago cavernario, un Puggy.
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Orfanato para monstruos
FantasíaNiños peculiares son cuidados en el Orfanato Saint Low, jamás serán adoptados, sus peculiaridades los hacen "inviables" para una vida normal.......