Al otro día se despertó con mucho dolor de cabeza y algo desorientada. Cuando se acordó que ayer había tomado se sobresaltó y enseguida la atacó un fuerte dolor de cabeza.
- Noo, no puede ser - gritó Arizona despertando así a April.
- ¿Por qué gritas? - dijo esta de mal humor.
- Me quede dormida - respondió - Ay no, me voy a matar.
- ¿Pero eres tonta? Si te despertaste con la alarma.
- Ay es cierto - reaccionó la rubia - Quién la puso?
- Yo - le respondió April - Anoche me di cuenta que obviamente no te ibas a levantar y la puse.
- Ay April, me salvaste la vida - dijo Arizona con mejor ánimo y se acercó para darle un abrazo rápido.
- Sal, déjame dormir y vete a aprobar ese exámen.
- Si mamá - respondió mientras agarraba sus cosas y se dirigía a la puerta - Gracias, gracias, gracias.
No tenía tiempo para nada, así que despeinada, con la misma ropa de ayer y con resaca iba a ir a la facultad.
Amelia se despertó minutos después que ella se fuera y se fue a su trabajo. Llegó unos minutos tarde y se puso a atender clientes. Cuando ya estaba un poco más desocupada vió entrar por la puerta al rubio del día anterior, el que había estado raro con Arizona.
- Holaa - saludó él.
- Hola, ¿qué te doy?
- Lo mismo de ayer.
Entre tantos clientes obviamente no se iba a acordar de lo que pidió uno que solo fue una vez, encima de que estaba dormida, así que le preguntó - ¿Qué habías pedido ayer?
- Ah si perdón, un café negro - respondió él.
Terminó de preparar el café y cuando lo estaba tapando se le cayó.
- ¡Mierda! - dijo levantando la voz y una de sus compañeras le alcanzó un trapo para limpiarlo.
- Uy, ¿estás bien? - preguntó el chico del otro lado del mostrador - ¿Te has quemado?
- No no. Lo siento, ya preparo otro - le dijo ella.
- No pasa nada, no hay apuro.
Mientras preparaba el segundo café le preguntó - ¿Estás bien?
- Si si, es que - respondió Amelia mientras se acercaba a el bajando un poco la voz - Tengo resaca.
El otro se rió - ¿Vienes al trabajo con resaca?
- Si - le dijo y se corrigió - Osea no, solo hoy.
Le dió su café, él le pagó y mientras se iba le dijo - Oye espera, ¿te puedo preguntar algo?
- Si dime - respondió mientras se volvía hacia ella.
- Porque ayer noté como que tu y Arizona estaban incómodos cuando se cruzaron - empezó a decir - ¿Pasó algo o...?
- ¿No has hablado con tu novia? - preguntó el.
- ¿De qué?
Pensó unos segundos, pero le pareció que no estaba bien contarle algo que no le correspondía, sobre todo a alguien que solo había visto dos veces.
- Creo que tenés que hablar con ella - le dijo y se fue.
Ya era viernes a la tarde temprano, Amelia se encontraba en su trabajo, como de costumbre. Lo que le había dicho ese chico y la forma en la que lo había hecho la dejó pensando, le resultaba extraño. Literalmente no le había dicho nada más que "tienes que hablar con ella", pero aun así no sabía si confiar en lo que le había dicho un desconocido, apenas sabía su nombre, si es que había escuchado bien cuando su novia lo nombró, solo lo había visto dos veces, aunque pensándolo bien, era un desconocido para ella pero no para Arizona. Después de darle vueltas al asunto durante gran parte de la tarde decidió pedirle a su novia que vaya a su trabajo a la hora que ella salía, así de ahí se iban para su casa juntas. Es algo que muy probablemente le hubiera dicho de todas formas, pero iba a aprovechar la ocasión para tocar el tema. Su plan se cayó abajo en cuanto vió los mensajes de sus amigas en el grupo, estaban organizando de salir esa noche para festejar que Arizona había aprobado el exámen.
Siempre que salía de fiesta estaba contenta, era de sus cosas favoritas, y más si era con sus amigas, así que decidió dejar el tema de la ex relación de su novia para otro momento.
Luego de arreglarse en la casa de Amelia, esta y Arizona entraron al bar y se dirigieron a la mesa en donde se encontraban sus amigas. Pasaron el rato tranquilas en la mesa tomando unas cervezas y más tarde pidieron unas rondas de shots, hasta que cerca de las dos de la mañana habían empezado a acomodar todo para armar la pista de baile. Estuvieron horas bailando, tomando y pasándola bien, hasta que Amelia se empezó a sentir mal y April la acompañó al baño.
Mientras Amelia y April estaban en el baño, Arizona y Jo siguieron bailando y tomando. En un momento la rubia se quedó quieta mientras su amiga seguía en la suya, le parecía haber visto a Link, le costó un poco identificar si era o no debido a su estado, pero una vez que confirmó que lo era, empezó a sentirse incómoda, así que tomó a Jo de los hombros para que dejara de bailar y le prestara atención.
- Jo necesito ir afuera - dijo desconcertando a la chica.
- ¿Qué? ¿Para qué? - preguntó ella.
- No lo sé, me siento algo mal - respondió y agregó - Además es un poco tarde no?
- Pero si son casi las 4am.
- Ah, de casualidad que te mantienes en pie pero te sabes la hora y todo - dijo Arizona y practicamente arrastró a la otra hasta la salida.
Cuando Amelia y April salieron del baño buscaron con la vista por todo el bar a sus amigas pero no las encontraron. April miró su celular y vió que tenía un mensaje de Arizona que decía que estaban afuera, así que guió a Amy hasta la puerta.
- ¿Qué hacen acá? - preguntó la pelirroja.
- Mamá ya se quiere ir - contestó Jo haciendo reir al grupo.
- Noooo, un ratito más - le dijo Amelia a su novia arrastrando las palabras.
- No, vamos que ustedes dos están muy mal - dijo April refiriéndose a Amelia y Jo.
- Yo no estoy mal, ¿qué dices? - le dijo Jo y literalmente 5 segundos después se dió vuelta y vomitó.
- ¿Ah no? - le preguntó Arizona irónica.
Se quedaron esperando un taxi, el cual llevó a todas a la casa de Amelia, que era la que más cerca de allí quedaba.
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Inesperado
Novela JuvenilDonde la relación de Amelia ya no es lo mismo que antes y empieza a sentir algo que nunca había sentido por un pibe o donde Link se enamora de una chica que está con una persona de su pasado