4.

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...

A diferencia de Deku, que analizaba cada posibilidad en un torrente sin fin, Bakugou podía ejecutar un plan de acción sin rumiar en sus pensamientos de forma constante. Solo le tomaría un breve recordatorio, un corto vistazo del paso siguiente, antes de pasar a la acción.

Para esta nueva parte del plan no actuó diferente.

Almorzar afuera, a la sombra del edificio principal, acompañado de Deku y en un lugar más o menos apartado de sus compañeros, fue uno de los pasos que no se detuvo a pensar demasiado. Tampoco reflexionó sobre cómo al terminar de comer, se acercó más a Deku hasta que sus brazos estuvieron en contacto.

Cuando Kirishima habló de que querer hacer esto con Ashido, Bakugou no había entendido por qué diablos querría pegarse tanto a alguien... pero afirmarse contra el nerd había sido tan cómodo, cálido y sensorial, que no vio necesidad de retroceder y alejarse de Deku de inmediato.

Mover su rostro al momento siguiente para sentir el cabello del nerd, «no tan suave como recordaba, pero igual de esponjoso», no fue más que seguir el curso correcto para que todo aquello se viera creíble.

Ignorar cuánto llevaba pegado a Deku en realidad, fue otra acción en la que no gastó un segundo pensamiento.

Tampoco lo haría más tarde.

Ni nunca.

—Eh...¿Kacchan? —Deku preguntó por lo bajo.

Él gruñó.

—¿Qué?

—De verdad- —Deku respiró hondo, tragó saliva, y siguió hablando por lo bajo—. ¿De verdad es necesario estar así de cerca para hacer esto?

—Si —Bakugou resopló, y se relajó más contra el hombro y cabello ajenos—. Estuviste de acuerdo con esto ayer nerd, ¿o qué?, ¿ya estás retrocediendo?

—...No.

—Bien. Porque hay un grupo de extras vigilándonos ahora mismo.

«Aunque no llevan más de un minuto aquí..», no dijo.

Algo de cabello se removió cuando Deku se giró un poco, haciéndole cosquillas. Y no estuvo mal, Bakugou admitió a regañadientes. No hasta que el nerd notó cuán cerca de ellos estaban los extras en realidad.

El idiota se tensó como una maldita cuerda en menos de un segundo, como cada vez que era el centro de atención, y levantó tan rápido la cabeza que casi le da un buen golpe en la mandíbula mientras estiraba el cuello.

—¡Maldita sea, Deku, tranquilízate! —Bakugou masculló, obligado a alejarse para evitar la colisión.

—¡Eso intento, pero no puedo!

Bakugou chasqueó la lengua, imaginando cómo este alboroto arruinaría cada uno de sus esfuerzos, pero otro pensamiento lo alcanzó: «No he llegado tan lejos por nada», antes de estirar un brazo, guiado por esas palabras, y tomar la mano de Deku en serio por primera vez. Su piel era suave, aunque dispareja debido a las cicatrices.

Lo sujetó más fuerte como reflejo.

A su lado, el nerd respiró profundo de la impresión, disimulando un jadeo.

—¿Kacchan-?, ¿por qué-?

—Solo- cierra la boca y acostúmbrate ya, maldición.

En un movimiento brusco, Bakugou se reclinó contra el muro que había detrás y miró al cielo. Tenía los labios apretados para no caer en la costumbre de levantar la voz. Concentrarse en la pared fresca contra su espalda también fue de ayuda; y el calor que irradiaba Deku, aunque estuviera más lejos y el idiota no devolviera su apretón de manos todavía, tampoco estaba mal. Pero esperar no era su fuerte...

No por amor [Bakudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora