UNTERSCHIED ©√

capítulo 08

Lara se quedó muy quieta, analizó en un Milisegundo la escena y en eso recordó.

Mamá robot llevaba a Lara con delicadeza justo como su sistema indicaba, Lara acariciaba su metalica cara mientras con ojos brillantes miraba las luces en los ojos de su "madre".

Tenía tres años, bajó sus manos a lo que sería el pecho de mamá bot, y jugó con la palanca que había hasta abrir una pequeña puerta, mamá bot se dio cuenta y dejó de cargarla para cuando llegó al piso, la pequeña llevaba su batería en las manos, se quedó estático y sin rastro de electricidad.

Lloró y lloró hasta que llegó otro robot, se dio cuenta y le prohibió a la niña en su chip volver a jugar con las palancas.

...

En un movimiento rápido, bajo la palanca del robot frente a ella y sacó la batería con agilidad, tomó el cuerpo metalico y lo ocultó afuera del cubo vecino.

Había vencido a su chip gracias a un recuerdo de su niñez.

Enseguida, volteó a ver ambos lados y corrió hacia su cubo, al llegar abrió la puerta, llevaba con ella el rollo de la camara del robot y la batería, ¿Que haría con eso? No lo sabía pero por ahora quería descansar.

Se recostó en su cama exausta la comida sintética cada vez era menos y aunque cumplía con los nutrientes necesarios las porciones no eran las correspondientes.

Estaban hechas de celulas reconstruidas. Hongos y plantas, cada vez eran más nulos indicó su chip.

Le respondía todas sus dudas en realidad jamás había visto un hongo o una planta.

Su chip mostró una imagen en su cerebro que ya había visto muchas veces, era un color que no conocía en lo absoluto pero era tan brillante e inspirador.

Tocó sus labios recordando la calida sensación de los de Lare sobre ellos, recreando el momento en su memoria, exploró con su dedo cada pliegue en la piel de sus labios cada pequeña marca y por un momento casi pudo volver a sentirlo, era adictivo sentía que lo necesitaba de nuevo, sin embargo, se quedó ahí, tal vez los robots la encuentren y quien sabe que le hagan.

Tarde para retroceder las reglas estaban rotas y sentía la necesidad  de volver a él.