Capítulo 17: Volvió

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⍣ ೋ Noche nueve⍣ ೋ

"Y puedo escuchar tu voz" (Palo santo, Years & Years)

Si su madre pudiera verlo, se sentiría avergonzado.

Ni siquiera había llegado a echarse en su cama, ni tuvo la decencia de decirle a la servidumbre que podía realizar al limpieza al día siguiente. Dejó que se quedaran toda la madrugada en el castillo. Unos cuanto se le acercaron a peguntarle si podrían hacer la limpieza al día siguiente, pero Loki estaba tan perdido en su ebriedad, que ignoró los pedidos. Dando a entender que debían seguir con el trabajo. Debían seguir limpiando el vómito, los vidrios rotos, fluidos que no eran suyos; asimismo, debía despertar y botar a los invitados que creían ser parte del grupo de amigos de Odín. Grupo inexistente.

Estaba recostado en el piso helado de su baño, mirando el techo lleno de espejos. Su ropa estaba húmeda, pues, el tomar con tanto apuro, lo hizo mojarse encima. Antes de quedarse dormido, intentó limpiarse; sin embargo, tener una vista al campo lo hizo sentirse miserable. Como si no se merecía todo lo que había logrado tener mediante el engaño. Por ello la noche anterior, botó algunas lágrimas, observando la noche estrellada y el campo, en este había una parte que estaba desgarrado, eran las huellas que Nilsa había dejado. Tuvo las fuerzas para llegar a la comodidad de su cama, pero no tuvo las agallas de disfrutar algo que, de seguro, la joven no tenía.

Logró dormir tres horas. 

Las tres horas más largas, gracias al sueño o pesadilla que tuvo.

"Debería ser una pesadilla", pensó. "Pero ver su rostro nuevamente debería ser parte de mi sueño."

Por unos minutos no hubieron imágenes. Todo estaba negro. Solo se escuchaban los gritos de Nilsa, unos gritos lejos de él. Fue ahí donde Loki logró abrir los ojos; sin embargo, las suplicas de la fémina se desvanecieron. Estaba frente a su padre, Odín, y este lo observaba fijamente con una expresión que el hijo adoptivo no podía leer. Parecía tristeza con una pizca de molestia.

—¿Estás feliz? —habló Odín, arrodillándose frente a Loki, el cual estaba sentado en el trono de forma natural. Ya no era un impostor, estaba mostrando su verdadera piel.

—¿Padre?

—¿Llamas a esto felicidad? —Laufeyson estuvo seguro de que era decepción, eso era lo que sentía el rey de Asgard—. Harías lo que fuera por tu bien, porque crees que lo mereces...

—Lo merezco.

—... ¿Qué hay de Nilsa? 

—¿Qué hay con ella?

—Tú no eres el centro de atención.

—Silencio —dijo Loki, poniéndose de pie y cogiendo el cetro firmemente.

—No lo eres y sabes que ella se está convirtiendo en parte de tu vida, quieres que se convierta en parte de tu vida.

—¡Silencio! —levantó la voz con ojos saltones.

—Pero no quieres destruir lo que ya tienes, ¿tu aceptación? —Odín rio sin gracia, mientras se ponía de pie—. Buscas aceptación de tus planes, no de ti. —El cuerpo del rey se hacía cada vez más grande, asustando a Loki—. ¡ACÉPTALO!

Nuestras noches; LOKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora