Capítulo 5

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Cuando llegó la mañana, trayendo consigo la brisa helada a través de las ventanas abiertas de la habitación de Amity, no esperaba nada más que pasar un rato agradable para dormir. Su cuerpo se sumergió en las comodidades de sus mantas, con el rostro acariciado por almohadas violetas y rosas, vagamente era consciente de los rayos de sol que cubrían la gran habitación con un resplandor blanquecino.

A veces, enfatizó Amity, debería guardarse las descripciones para sí misma.

Hubo un ruido fuerte, con una puerta que se abrió de repente y golpeó contra la pared, crujió y las bisagras casi se salieron por la fuerza. Gracias a Dios que no había puesto nada detrás de la puerta o de lo contrario se habría hecho añicos.

Edric y Emira entraron a trompicones, gritando y hablando demasiado rápido. La sorprendieron despierta con el sonido de confeti y de alguna manera acompañados de esos poppers que suenan en las fiestas de cumpleaños, sacando a la joven Blight de su cama tamaño king. No queriendo lidiar con ellos, Amity los ignoró, se arrastró bajo las sábanas sin mirar tanto a sus visitantes y agarró una de sus almohadas para cubrirse los oídos. No disminuía el ruido, solo lo amortiguaba, pero era más llevadero.

Es decir, hasta que pudo distinguir a los gemelos felicitándola por algo, y una palabra se incrustó en su mente. Echó un vistazo, con las manos agarrando los bordes de la almohada púrpura. Edric llevaba un sombrero de fiesta, lo que aumentaba la molestia de Amity. Emira sostenía un papel con un ¡Felicitaciones! impreso en rosa fuerte.

Entonces  fue cuando Amity lo escuchó alto y claro.

—¿Aniversario?

—¡Mittens, no me digas que olvidaste que es tu cuarto aniversario! —Emira la miró con incredulidad. Arrugó el papel y lo tiró al suelo, antes de ponerse las manos en la cintura.

Que audacia la de tirar basura en mi habitación.

Primero, la saludaron, felicitándola por algo que su mente apenas despierta podía comprender. No fue hasta que mencionaron a Luz que ella había comenzado a destrozarse de nuevo. Era casi demasiado difícil soportar estar despierta tan temprano en la mañana. Volvió a asimilar el dilema de sus hermanos, buscando en su diccionario mental esa palabra irreconocible para la que nunca había tenido uso.

—¿Aniversario?— Amity repitió.

Se frotó el ojo, le dolía la cabeza por tener que pensar durante un fin de semana en el que, sorprendentemente, su hermano y su hermana no estaban fuera de la mansión fantasmal. Se sentó, resistiendo el tirón magnético de su cama.

¿Qué diablos hacen las parejas en los aniversarios? ¿Por qué tenía que celebrarlo cuando ni siquiera era un hito?

Edric suspiró dramáticamente, cayendo sobre su gemela quien se inclinó hacia atrás lo que lo hizo caer al suelo. Las chicas rieron disimuladamente al ver a su hermano golpearse la frente. Con un gemido, levantó la cabeza, se peinó el cabello hacia un lado y levantó cuatro dedos dirigidos a Amity.

—Es el cuarto mes desde que invitaste a salir a Luz, Mittens. Haz algo especial por ella una vez.

Algo en su frase hizo que los ojos de Amity se despertaran, un grito de indignación escapó de sus labios cuando volvió a repasarlo. Proceso completado.

Painted Green, Convered in Red [Lumity/Beta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora