Capítulo 1

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—¿Quieres que haga qué?

Amity suspiró y extendió la mano para masajear sus sienes cuando sintió que su cabeza palpitaba. Sus pensamientos estaban esparcidos, desorganizados por primera vez en mucho tiempo. Mechones de cabello verde se le pegaron a la cara debido al aire húmedo en el excéntrico café, su gargantilla y los accesorios de muñeca se tensaron alrededor de su piel mientras reprimía la irritación por la pregunta.

Pero al mismo tiempo, sabía que no tenía derecho a sentirse así; su compañera estaba sentada frente a ella, actualmente siendo inútil en su situación.

Luz Noceda la miraba como si le hubiera crecido una segunda cabeza. Tenía el ceño fruncido y una mueca no acogedora se plasmó en sus labios, todo mientras sus brazos estaban cruzados. La exasperante chaqueta militar que solía usar estaba colgada de la silla. Pero todavía llevaba el estúpido gorro que Amity tanto deseaba quemar, en la cabeza, a pesar del aire viciado en el húmedo café. ¿Quién usaría un gorro dentro de un café cálido? ¿Por qué te haces eso a ti misma? Luz esperó pacientemente una respuesta que Amity se tomó su tiempo en dar.

Se lo merece por su extraño sentido de la moda.

—Límpiate los oídos, Noceda, te dije que quiero que... salgas conmigo— Amity apretó los dientes mientras un escalofrío recorría su espalda. Una mirada en blanco apareció en el rostro de Luz, como si la chica de cabello teñido le hablara en un idioma extraño.

Ese mismo día, Amity obtuvo la última gota. Su madre le pidió que asistiera a otra cena con su "amiga" del trabajo. Lo había visto como otra forma de ponerla en contacto con uno de los muchos pretendientes varones ricos y engreídos a los que sus padres invitaban durante los últimos tres meses. Amity asistía a la mayoría de esos eventos desagradables y se aseguraba de darles asco tanto como fuera posible, o al menos mirarlos en silencio tanto como para que retrocedieran. Después recibía una fuerte reprimenda de su madre, sobre ser algo "impropio" de una Blight, pero valía más pasar por eso que encontrarse atrapada con alguien desagradable de por vida.

Ciertamente, Amity ya habría cometido un incendio provocado si esos hombres narcisistas hubieran estado más cerca. Pero no, por supuesto que solo tenían que tener grandes hectáreas de tierra sin usar fuera del valle y vivir de ellas.

Ahora aquí estaba ella, sentada en La Casa Búho, donde aparentemente no freían búhos. Si bien la comodidad era innegable, con los tonos de color del café que emitían un ambiente hogareño, Amity no habría venido aquí si Luz no hubiera sido tan insistente. Era vagamente consciente de que la dueña era una mujer interesante de unos cuarenta años, que ofrecía combinaciones extrañas que, para sorpresa de Amity, eran mucho, mucho mejores que las que los cocineros contratados por sus padres habían hecho en todos sus años en la Mansión Blight. No tenía quejas de comer aquí. Además, ninguno de los miembros de su grupo forzado entraría jamás en el oxidado restaurante que parecía una choza. Era más que suficiente para que Amity estuviera de acuerdo.

—Primero, me invitas a cenar. No a nuestras peleas habituales de estacionamiento, y luego me pides que salgamos —  comenzó Luz lentamente, mientras jugaba con el anillo negro en su dedo y lo golpeaba ruidosamente contra la mesa de madera pulida, Amity estaba sentada impotente y observaba los engranajes que giraban en la cabeza de la otra chica. Antes de que ella hablara con una asombrosa cantidad de seguridad, diciendo: —¿Estás segura de que no te estás volviendo suave conmigo, Blight?

De todas las conclusiones a las que pudo llegar, esta era innecesaria. Amity frunció el ceño y la cortó, optando por cambiar su declaración anterior, —Me corregiré. Quiero que fingas salir conmigo. Por seis meses.

Painted Green, Convered in Red [Lumity/Beta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora