VI

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¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!

Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.

VI

—¡CHICOS!

La puerta de aquella cabaña vieja y mal construida se abrió repentinamente dejando un eco por toda la habitación prácticamente vacía. El chico de ojos azul cobalto entró a la, ahora autodenomina, casa, resollando y con algo de sudor resbalándose por su frente.

—¡Oye, cierra la puerta, entra aire frío! —el moreno y hermano mediano movía su dedo pulgar con un patrón de dos segundos presionando el mismo botón del mando a distancia, tirado de manera fatídica sobre el sofá y con la vista fija en la caja tonta.

Boomer se acercó a él y lo miró, luego al televisor y de vuelta a él. Estaba haciendo zapping sin parar en algún canal en concreto y parecía muy concentrado en eso, casi se le podía caer la baba.

—¿Eres estúpido? —se cruzó de brazos observando a su hermano con una mueca extraña.

—Tu padre. —le respondió con una risa nasal, sin apartar los ojos de la televisión.

—También es tu padre, imbécil.

Butch se quedó en silencio unos segundos y con tranquilidad se limitó a encogerse de hombros y seguir con su laborioso trabajo de cambiar de canal. Boomer rodó los ojos negando con la cabeza, entonces recordó el porqué de su prisa.

—¿Dónde está Brick? —le preguntó a su zombificado hermano que simplemente señaló de un cabezazo la cocina.

El rubio caminó ligero hasta donde se encontraba el mayor de los tres sentado en la mesa con un libro entre sus manos, bastante concentrado en la lectura.

—¡BRICK! —alzó la voz, haciendo que el pelirrojo pegara un pequeño respingo en la silla y se le cayera el libro al suelo.

—¡Joder, Boomer! —exclamó este con el ceño fruncido, recogiendo su libro y viéndolo con consternación. —Se ha cerrado, ahora me va a costar una vida encontrar la maldita página.

—Me alegro de que estés despierto, me ha pasado algo.

Brick se levantó de la silla y caminó hacia la encimera de la cocina, del microondas sacó un plato envuelto en papel aluminio y se lo ofreció al menor.

—Tu cena. —dijo y apoyó su propio peso sobre el mostrador bastante limpio de la cocina. —Al fin vienes, a Butch ya empieza a fallarle el cerebro y yo también tengo sueño. —bostezó.

—¿Me estabais esperando? —cuestionó con los ojos muy abiertos, asombrado.

—Hace años que no tenemos libertad para separarnos y ahora no puedo dormir si no estoy consciente de vuestra seguridad, Butch al parecer tampoco.

—Oh...vaya, pues gracias hermano. —dijo con un brillo de felicidad en los ojos.

—Ya bueno, ¿qué es lo que tenías tanta prisa por decirme? —cambió de tema rápidamente para evitar que el chico se pusiera más empalagoso de lo que ya era.

—¡Ah sí! A que no sabes a quién me he encontrado mientras sacaba la basura.

—Al grano Boomer, necesito descansar. —Brick hizo un ademán con la mano pidiéndole que se diera prisa.

—¡A la PPG rosa! —extendió los brazos y abrió enormemente los ojos, exagerando la pose.

Su hermano mayor alzó una ceja en un gesto de indiferencia, suspiró.

Condenados por el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora