Capítulo 5

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Aunque sabía que no debía hacerlo, mis ganas de volver a verlo eran inmensas, y por más que me pedía a mi misma que no era lo más prudente, era tanta mi necesidad de estar con él, que me encontraba de nuevo afuera de su casa tocando la puerta.

—Juliette, qué bueno que estés de vuelta por aquí —dice una Isabel más relajada y sonriente después del susto que le dio su hijo.

Alexander se encuentra en el comedor de su casa y al verme llegar rápidamente se levanta, aún se ve ligeramente pálido y con algunas ojeras, aun así sonríe y se acerca rápidamente a mí

—Gracias por venir nuevamente a visitarme.
—Me gusta tu compañía – podría haberme sonrojado pero esa es la realidad, me hace olvidar la tortura que cargo en mis hombros

Me invita a sentarme en el sofá gris de su casa, él me sigue mientras toma un cojín para jugarlo con sus manos, está nervioso puedo escuchar como su corazón bombea sangre de manera rápida.

—Creo que hago mal tercio— comenta su mamá mientras retira los platos de la mesa del comedor y desaparece rápido hacia la cocina

Alexander se acerca más a mí y con su mano mueve un mechón de mi cabello negro detrás de mi oreja.

—Le gustas a mi mamá— susurra

—Es muy agradable

—Lo es, soy quien soy gracias a ella.

—¿Cómo te has sentido hoy?

—Pues... aún sin mucha fuerza, pero tenerte aquí conmigo me hace sentir mucho mejor. Tu compañía me hace bien. – toma mi mano entre las suyas.

—¿Necesitas algo? ¿En qué puedo ayudarte? — pregunto angustiada.

—Sólo quédate conmigo.

Se recuesta en mi hombro mientras yo comienzo a jugar con los rizos de su cabello. No había necesidad de palabras, su simple compañía era para mí como oxígeno y me reprochaba una y otra vez mi naturaleza, él me hacía sentir diferente, emocionada, había traído a mi vida paz, algo que hace mucho no sentía y llegaba a ser perturbador.

Su mamá vuelve a asomarse.

—Juliette... se me olvidó decirte... este viernes tendremos una pequeña reunión por el cumpleaños del papá de Alexander, me gustaría que nos acompañaras.

—Ya te quieren hacer de la familia — dice Alexander y su voz parece burlarse

Debo confesar que me sorprende la invitación y que no supe en el momento que responder.

— Va a ser por la noche, Alexander te puede llevar de regreso a casa. —Alexander se reincopora y me observa esperando respuesta

—Claro, ahí estaré.

Había llegado el viernes, trataba de no ponerme nerviosa, iba a conocer a gran parte de su familia. ¿Qué iban a decir o pensar de mí?... digamos que no soy una típica chica común. Alexander llega puntual por mí. Vestía una camisa azul marino y un pantalón de mezclilla ligeramente desteñido. Yo había elegido para la ocasión una falda negra con una blusa de manga larga en rojo vino con un lazo en el cuello.

—Qué linda te ves hoy— escucho en un susurro

—Tú también luces muy guapo. — acerca su rostro al mío, y me es imposible sonreír ligero porque es curioso y nuevo lo que siento

Sus labios se encuentran tan cerca de los míos, tiene una sonrisa tan bella. En el fondo quiero que me bese, mi alma realmente lo desea, pero el molesto sonido de su celular interrumpió

— Si mamá, ya vamos para allá.

Llegamos a un pequeño jardín donde se efectuaba la celebración, Alexander toma mi mano.

—No me gustan los lugares llenos de gente. — confieso, sobre todo cuando todos son mortales, posible cena.

Alexander me observa fijamente con sus hermosos ojos cafés.

—Vienes conmigo, no te preocupes. – dice mientras aprieta mi mano.

—¿Quién es la prima? – se escucha a lo lejos.

Alexander solo sonríe y me abraza, como si estuviera orgulloso de mi compañía, como si le demostrara a todo el mundo... "Ella es mi chica". Me presenta ante toda su familia, ver que era un chico sonriente y que todo mundo quería me hacía sentir muy afortunada, a las chicas nos gustan los chicos cálidos que siempre están ahí dispuestos a ayudar. Nos alejamos un poco de toda la gente.

—Me gusta que estés aquí ¿Sabes?
—Me gusta estar aquí.
—Juliette... ¿por qué te alejaste de mí?
—Alexander, hay muchas cosas que no sabes de mí y no sé ni siquiera por donde comenzar...
—Puedes decírmelas
—No es tan fácil...
—¿Quieres estar conmigo?
—Si
—¿Te gusto? —demasiado pero te protejo más a ti que a mi, me respondo mentalmente
—Si

—Yo estoy dispuesto a conocerte mejor, me gustas mucho Juliette, has traído mucha ilusión a mi vida, me encantan tus ojos verdes, y tu toque misterioso, no te quiero lejos de mi vida, al contrario. Me gustas como eres y lo poco o mucho que conozco me atrae tanto que a veces me asusta, además nunca dejas de conocer a alguien, es parte del proceso. Así que... sólo... déjate llevar.

Asiento con la cabeza mientras él me abraza suavemente. Escucho sus latidos, y me llega ligeramente su aroma, su sangre combinada con la loción que llevaba; me extasiaba, y yo luchaba por dentro.

Es demasiado bueno para ser verdad, y lo sabes Juliette... esto no debería de durar... 

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Mi Amor Inmortal [Trilogía Amores Inmortales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora