8. Nada relevante.

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¿Saben lo que sucede en las películas slasher cuando dos adolescentes calientes tienen sexo, verdad? Ja, sí, es un cliché pero no en este caso.

[...]

—Quieren que les cuente el foreplay, ¿o me lo salto? —inquirí con una enorme sonrisa mirando a los dos uniformados sentados en la misma mesa que yo.

—Si no mal recuerdo, dijiste que si queríamos escuchar todo tu testimonio tendríamos que aguantar esas partes —comentó el hombre calvo frente a mi con los dedos entrelazados sobre la mesa.

Le dediqué una sonrisa y miradas sugerentes.

—Uy... le empiezas a tomar el gusto, ¿eh? —arqueé una ceja—. Pero no seas morboso y metido. Les resumiré el foreplay y luego me saltaré a la parte donde Mara y yo estamos en mi cama.

El otro uniformado sentado a mi izquierda suspiró, rodó los ojos y se cruzó de brazos.

—Sólo continúa —dijo de mala manera.

—Uy, que modales... —rodé los ojos alejándonos de él—. Bien, continuaré...

[...]

Nos las arreglamos para llegar a mi habitación entre besos y caricias.
Les dije que les resumiría el foreplay así que ahí va:
Besos muy húmedos, mordidas, manos por todas partes, un poco de sudor, lamidas, nos quitamos la ropa, luego más besos y lenguetazos en varias partes del cuerpo incluidas nuestras partes más delicadas, un par de orgasmos cada una sólo usando lengua y dedos y finalmente llegamos a la parte interesante porque le dije a Mara que me diera un minuto. Me puse de pie para ir a mi ropero y sacar uno de mis juguetes de los cuales estoy muy orgullosa.

Para ese punto Mara y yo ya estábamos bastante sudadas, estuvimos al rededor de veinte o treinta minutos sólo usando nuestra lengua y dedos. El caso es que ya no era así, yo estaba con las piernas abiertas con la espalda sobre mi cama gimiendo y jadeando contra el rostro que la chica que solía odiarme esa misma mañana mientras ella embestía mi sexo con sus caderas.
Si se preguntan ¿cómo hace eso si no tiene pene? Muy fácil, el juguete que había sacado minutos antes era un strap-on, por si no lo conocen es algo así como un cinturón con un pene de plástico al frente, je.
Por suerte creo que Mara era activa o dominante y eso me convino un montón, no sólo porque sus sobresalientes caderas me hacían sentir en otro mundo debido a sus exquisitos movimientos, si no porque en serio necesitaba buen sexo después de esa llamada. Además, era como si no fuera su primera vez haciéndolo con una mujer, probablemente ella ya tenía un montón de experiencia con ese tipo de juguetes sexuales y con otras chicas. Sí, lo digo sólo por su apariencia, es una chica que parece y se comporta como un chico ni más ni menos, no estaba segura pero creía que bateaba más por el lado de las chicas.

Rodeé su cuello con mis antebrazos mientras ella continuaba penetrandome con el strap-on y la miré a los ojos con una expresión de sumisión, me excitaba un montón ser yo la que recibía, así que ella me regresó una mirada retadora con una pequeña media sonrisa en sus labios y comenzó a embestir aún con más ganas, cosa que hacia a mi centro emitir sonidos acuosos acompañados por el sonido del choque de nuestras pieles, esos exquisitos sonidos emitidos por nuestros cuerpos me hicieron gritar de placer y casi hacerme terminar. Rodeé sus caderas con mis piernas para evitar que dejara de moverse en mi interior y ella acercó sus labios a los míos sólo para morder el inferior con fuerza, aquéllo me provocó un dolor placentero y pude sentir un sabor metálico en la boca, me había hecho sangrar. Finalmente llevó sus labios cerca de mi oído izquierdo con una expresión tan dominante que me hacía erizar la piel.

—Vine aquí... para hacer... las paces —susurró entre jadeos con voz ronca y dificultad al no parar de penetrarme—. No para... hacer a una rubia... mi perra...

The Final GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora