JiSoo es una famosa fotógrafa, quien va de gira gracias a un evento de gran élite y por su buen trabajo.
En una parada, especialmente en Londres, conoce a una chica que le devuelve la emoción a su vida y la razón por la que ella decidió entrar en el...
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Las dos chicas pasaron el días paseando por las calles de Londres, haciendo algunas compras y dándose el gusto de comer ciertas cosas.
Ninguna había pensado sobre lo increíble que era que estuviesen en una situación así, no pensaron en el pasado y tampoco en el futuro, se mantenían en el presente y para los ojos de los demás, era tan hermoso como envidiable.
Vieron como el sol desaparecía y caía la noche, en un paisaje hermoso como si alguien lo hubiese pintado con los trazos más delicados y precisos.
—No pensé que Londres me gustara tanto.
La verdad, JiSoo no lo creía, muy pocas veces tenía la oportunidad de recorrer las ciudades en las que se encontraba, pero agregando la inesperada llegada de esa chica, su estadía se había convertido, sin duda alguna, un gran paso por ese lugar.
Tal vez si se pudiera quedar más tiempo, consideraría vivir allí.
—Creo que tiene su magia. — Roseanne volteó a ver la pelirroja. — ¿Te gustaría seguir caminando o ir al hotel?
—Me gustaría que fuéramos a beber algo, creo que necesitamos algo de aire.
—Iré a donde tu vayas.
JiSoo sonríe y deposita un corto beso en la mejilla de la menor.
Tomaron sus manos y caminaron por unos minutos, hasta llegar a un pequeño pero acogedor bar.
Se sentaron en un mesa, ordenando un Long Island.
Y mientras esperaban su orden, las dos no habían pronunciado ninguna palabra, solo se miraban.
Una mirada que podía decir lo suficiente para entender que era el sentimiento que predominaba, pues la luz tenue y aquella camisa que dejaba al descubierto el hombro de JiSoo, no le dejaba pensar con claridad.
Aunque un poco de juego no vendría mal.
Roseanne apoyó sus brazos en la mesa, acercándose un poco a la mayor.
—Esta mañana dije que te veías hermosa, pero hay algo que esta vez me encanta más.
La mayor soltó una risa al ver su pésimo intento, sin embargo, le siguió el juego.
—Podría estar mejor si así lo quisiera.
— ¿Que tengo que hacer para verlo?
—La otra vez pude adivinar que es lo que te gusta, esta vez quiero que me sorprendas.
JiSoo creía que estaba manejando las reglas de ese juego, pero cuando la chica le susurró un "hecho" cerca de su oído, con un tono tan seductivo, supo que ella sería quien perdería.
