JiSoo es una famosa fotógrafa, quien va de gira gracias a un evento de gran élite y por su buen trabajo.
En una parada, especialmente en Londres, conoce a una chica que le devuelve la emoción a su vida y la razón por la que ella decidió entrar en el...
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Desde la mañana todo estaba yendo de maravilla, al igual que los días anteriores, sin embargo, no faltaban esos momentos fugaces donde la tristeza se reflejaba en los ojos de ambas.
Roseanne había pensado sin parar si su decisión estaba bien, pero antes de arriesgarse a arruinar aquello tan hermoso, prefería esperar un tiempo y volver para vivir lo que realmente quería cuando estuviese mejor.
Mientras tanto, JiSoo la abrazaba siempre que podía, también le depositaba cortos besos y se mantenía apegada a ella todo el tiempo que sea posible.
La noche había pasado rápido y sabía que la mañana sería igual.
Ahora sí quería detener el tiempo.
—Cariño, no podré arreglarme si te la pasas abrazada a mi.
—No quiero.
Roseanne suspiró.
Ella también deseaba poder tomar a la pelirroja y abrazarla hasta que sus cuerpos terminen siendo uno, quería pasar día tras día junto a la hermosa imágen de la pelirroja y se reprochaba así misma por no sentirse capaz de cumplir con las expectativas de su chica.
Lamentaba que cada comentario le afectase a tal punto de creerlo.
Lamentaba que ese momento fugaz tuviera que ser interrumpido por algo que ni ella misma ha de tener la culpa.
Si se hubiesen conocido mucho después, tal vez la historia sería diferente, pero no fue así y con lo corto que es, ya había llenado lo suficiente el alma de ambas.
Y el hecho de que JiSoo fuese tan cariñosa con ella, le dolía.
Porque iba a necesitar de ella cuando se sintiese ahogada, porque iba a extrañar su presencia cuando sus brazos se sientan vacíos y una infinidad de cosas por las que no quería atravesar, pero tenía que.
El simple recuerdo de lo vivido quedaría como lo hermoso que fue.
JiSoo temía que en un futuro no se pudiese cumplir lo que ya había deseado desde el primer día. ¿Haría de todo para que sucediese? Definitivamente, pero ¿cuanta es la probabilidad?
La pelirroja miraba a un punto fijo mientras apoyaba su cabeza en el pecho de la menor.
Nunca se había sentido tan afín con alguien y mucho menos tan cómoda cuando de físico se trataba.
Su pequeña pieza de rompecabezas, eso era.
Al menos estaba a gusto con lo poco y nada que lograron hacer en solo siete días.
Hizo cosas que hacía tiempo no podía permitirse a causa de su trabajo y lo hizo con alguien que, a pesar de haberse conocido al instante, pudo desvelar una historia amor que marcó a flor de piel a JiSoo.
