Cuando era chica perdí a mis padres a los 5 años, en frente de la casa hogar en donde me encontraba había una casa abandonada muy peculiar, hasta que un día decidí entrar, decidí entrar a aquella casa que tanto me había llamado la atención.
En cuanto entré a esa casa sentí una vibra no mala, si no distinta, pero que me hacía sentir segura. En una esquina de aquella casa había una puerta que me llamó mucho la atención y sin dudarlo decidí entrar ahí sin saber lo que me esperaba.
Quedé asombrada cuando vi un mundo distinto, así que mi yo de 5 años caminó hasta encontrar una presa de castores, recuerdo que yo estaba muy perdida, ya que no conocía nada de ese mundo.
—¿Estás perdida, cierto?—Aquel castor que había llamado mi atención me preguntó.
—Sí, lo siento, nunca antes había estado aquí.—Le contesté, cuando lo vi me dio la confianza.
—Oh, no te preocupes, mi esposa y yo te ayudaremos.—Respondió el castor.
En eso, una castora salió de su hogar, me sorprendí, pero de igual manera tenía una sonrisa muy amigable.
—Oh, pero es sólo una niña.—La señora Castora me miraba con una sonrisa que me daba confianza.—¡Creo que ya sé que hacer!
—¿Estás pensando en...?
—Pues claro, tenemos que llevarla con Aslan, él sabrá que hacer. —Le interrumpió la señora castor.
Caminamos por mucho tiempo, no miento, pero después de un buen rato llegamos a el campamento de Aslan.
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Jujuyyy, perdón por la desaparición, es que quise corregir corregir cosas de la historia que no me convencían, y así.
Estaré corrigiendo los capítulos que ya habían sido publicados y claro que seguiré la historia, perdón, ahh.^^
