Toda mi vida que había pasado en Narnia había escuchado sobre esa guerra de los 4 reyes de Narnia y la bruja que en ese entonces se hacía pasar por la reina de Narnia.
Aslan en ese entonces me protegió como a su vida entera para que no me pasara nada, yo quería luchar junto con ellos pero Aslan lo impidió y ahora sólo sueño con conocer a esos 4 reyes que salvaron a mi Narnia querida.
Había terminado de cabalgar, un ejercicio que me gusta hacer todas las mañanas, realmente lo encuentro muy divertido.
—Hola, princesa _____.—Aslan me vio llegar, me llamó princesa después de la partida de los reyes de Narnia y después de tanto tiempo se me quedó el título de "princesa de Narnia".
—Hola, Aslan.—respondí con una linda sonrisa.
—¿Qué hacías _____? Espero que no te hayas metido en problemas.
—Oh, vengo de dejarle unas flores y a limpiar la lápida de los castores.
Es correcto, los castores habían perdido la vida con la llegada de los Telmarinos en su intento de acabar con todos los Narnianos, lo cual me parte el corazón, ya que los castores habían sido los primeros en brindarme una cálida bienvenida, fue un momento muy difícil para mí, y aún no lo logro superar.
—_____, sabes que no puedes ir más lejos del bosque ¿verdad?
—Lo sé, sabes que no iría más lejos del bosque, sé que si los Telmarinos me vieran sería el fin.—Asentí, a lo cual Aslan se tranquilizó al escuchar mi declaración.
—No soportaría perderte.—Yo sólo le suelto una cálida sonrisa y me retiro para practicar mi arquería.
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