Capitulo 8

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Continuamente recibía regalos de William, daban vueltas por el jardín platicando y riendo, cenaban juntos algunas veces. Pero las cosas no pasaban de ahí, incluso aun no dormían en él la misma habitación.

William se molestaba por que no podía cumplir con su objetivo, quería hacer que se enamorara, orillarla a que aceptara su historia para que en el momento que volviera a su hogar fuera ejecutada por su propio corazón por traición a su sultán.

El todavía tenía como objetivo hacer sufrir al sultán sin importarle que personas se llevara detrás para llegar a ese objetivo.

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Palacio Topkapi

Debido a que sabían de la participación de Firuze Mehmet y Mihrimah se distanciaron un poco de su padre, sin embargo no lo ignoraban cuando lo llegaban a ver por el castillo, y algunas veces al mes cenaban con el pero sentía que ellos dos se alejaban un poco.

Sabían que no era culpa suya pero no podían evitar pensar que de no haber convertido a Firuze en parte de su vida tal vez las cosas hubieran sido diferentes.

Cihangir se había mudado a los aposentos de Mihrimah ya que ella así se lo había pedido para que de esa forma no estuviera solo y no sufriera la ausencia de su madre.

Había llegado el día del cumpleaños de su madre, Mihrimah, Mehmet y sus otros hermanos se reunieron para rezar antes de la cena y pedir que su madre regresara pronto al palacio, cenaron juntos en los aposentos de su madre y rieron recordando algunas osas divertidas que habían pasado con ella. Estando en la terraza se contaban historias de su madre para que Cihangir sonriera y dejara de estar triste.

El sultán los veía desde su terraza y no podía evitar sentirse mal porque su hermana había sido parte de todo aquello, deseaba con toda su alma que su esposa regresara a salvo para poder estar juntos con sus hijos como una familia.

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Palacio extranjero

Nadie del pueblo sabia de la existencia de Amelia y mucho menos sabían de los niños, las damas, doctoras y guardias del palacio tenían prohibido mencionar si quiera la posibilidad de que ella existiera en el pueblo. Cualquiera que iniciara un rumor sería castigado con la muerte.

Ya habían pasado casi dos años desde que ella había llegado, todos los días al estar con ella entraba en el papel de la familia hermosa, esto lo llevo a que tuviera un desfase de su realidad y al final el rey comenzaba a creer su propia historia. Una noche en su oficina hizo que le llevaran una caja que había guardado para un momento clave y este era el indicado para él.

Dentro de la caja estaba el vestido con el que la sultana había llegado, así como las joyas que portaba y ese hermoso anillo con una esmeralda muy hermoso. Los cuales estaban manchados con sangre, el vestido estaba prácticamente bañado en sangre, las joyas estaban salpicadas y dentro el rey coloco una carta manchada con la misma sangre pero sin marca de quien podría enviarla.

Mando a que la llevaran con urgencia a través de varios mensajeros para el sultán, en parte tenía la esperanza de que esa caja dejara al sultán devastado y llevarlo a que detuviera la búsqueda de su sultana para que su mentira se volviera su realidad para siempre.

Todo parecía acomodarse para él, menos el corazón de la sultana quien aun no quería rendirse a él, esa tarde el preparo el ambiente para tratar de seducirla, después de todo en algún momento ella tendría que caer. Ella dudo en entregarse pero al mismo tiempo al saber que era su esposa sentía que tenia la obligación de estar con él al menos una vez, así que esa noche estuvo con él. Mientras él se hundía más en su mentira su hermana preparaba todo para sacar a la sultana y a sus hijos del palacio.

El amor del SultánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora