Las imágenes describen como eres y ella lo sabía. Se unió al club de fotografía para cumplir su sueño, pero todo cambia cuando dos chicos se proponen en ser sus modelos. Ella tiene dos opciones, elegir a uno o jugar con los dos, antes de que la cáma...
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Me estaba dirigiendo al gimnasio, ya que hoy tocaba entrenamiento con las animadoras. Lo que significa que hay que escuchar como la entrenadora nos dice que somos muy débiles y que apenas sabemos animar bien. Vi a Liam hablando con Tyler a lo que me acerqué para saludarlo, pero el solo me vio ignorándome para irse. En su cara vi como me miraba con odio y dolor. ¿Estará enfadado conmigo?
—Alice, ¿ocurre algo? –Preguntó Elena.
—No, nada. –Respondí para entrar al gimnasio.
—Tyler, ¿que has hecho?
—Nada, ¿por qué crees que he hecho algo?
—Porque te conozco lo suficiente. Y se lo perro que puedes llegar hacer.
—Pues créeme que no he hecho nada.
—¿Qué habéis hecho Liam y tú anoche?
—Dormir. ¿Qué crees, que me lo voy a follar? –Respondió riéndose– Ve con tu equipo capitana.
Salía del vestuario con el informe de las animadoras puesto, aún seguía pensando en la actitud de Liam. Era algo en él, ya que suele ser amigable con todo el mundo.
—Ósea, solo te vio, ¿pero no te dirigió ninguna palabra?
—No. Me ignoro, la verdad no sé qué le pasa.
—Pues es raro eso, ya que Liam no suele hacer ese tipo de cosas.
—Estaba con Tyler.
—Bueno, ellos son muy buenos amigos. Así que es normal que estén juntos.
—No digo que no, pero en fin, luego hablaré con él.
—Evans, Harris. Si tenéis tanto tiempo para hablar, me imagino que ya os sabéis los pasos de la coreografía.
—Lo sentimos entrenadora. –Respondimos las dos.
—Muy bien, se acercan las semifinales y necesito que estéis bastante bien. Y cuando digo bien, me refiero a que este perfecto, que no haya ni un fallo. A no ser que queráis pasar vuestros días sin bronceador, y estar oliendo a fracaso.
Estábamos practicando las coreografía, la verdad nos estaba saliendo bastante bien. Y era lo más normal, después de todo tiempo que llevamos practicando. Cuando la canción había terminado, la entrenadora se nos quedó mirando.
—Sois un desastre, con esta mierda no lograremos nada. Salir de mi vista, antes de que empiece a vomitar.
—¿Cuándo será el día que diga que lo hemos hecho bastante bien? –Me susurró Amanda.
