Es la primera vez que escribo AruAnnie, pero no la última, lo prometo.
Estoy feliz por poder participar en la week de esta maravillosa pareja, disfruten. 💕✨
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Sonrió a sus alumnos mientras se despedía de ellos, y ellos solo le sonrieron de vuelta. Le llenaba el corazón de alegría el hecho de que le apreciaran tanto allí y aprobecharan sus explicaciones de biología con entusiasmo.
Como había sonado la campana, Armin, decidió quedarse una hora corrigiendo los exámenes de una de sus clases. Llegó a la sala de profesores con velocidad y se recostó en la silla, estirando sus extramidades un poco para aligerar la tensión de todo el día en sus músculos.
Se concentró el corregir, y cuando ya había acabado con la mitad de su tarea, su teléfono comenzó a vibrar y a emitir esa melodía a la que ya estaba tan acostumbrado.
Sonrió al saber que era su novia, por lo que sin detenerse a leer el nombre del contacto respondió.
-¿Sí agente de policía?- Hizo lo posible por contenerse la risa y seguir hablando con la mujer de sus sueños. - ¿Va a venir a arrestarme por haberle robado el corazón? - Mencionó divertido imaginandose el rostro sonrojado se Annie al escucharle hablar así.
Efectivamente, la agente de policía se sonrojó al recibir esas palabras por teléfono.
-Claro, no está bien robar a los demás. - Le devolvió la sonrisa a medida que suspiraba poco a poco. - Te llevaré a juicio hoy mismo, Arlert. - Ahora se puso un mechón de su sedoso cabello rubio detrás de la oreja y miró el edificio en el que se encontraba su pareja.
-Entonces me doy por arrestado, mi querida Leonheart. - Dijo con todo el cariño del mundo y recogiendo sus los papeles y bolígrafos que inundaban su mesa. Se mordió el labio inferior para evitar gritar de alegría, siempre se emocionaba porque Annie viniera para llevarlo a casa.
El muchacho colgó la llamada y, ya con todas sus cosas, se fue con un aire de grandeza y avanzó hacia la puerta de la sala, apagó las luces y cerró con llave. No quedaba nadie más en el colegio, todos estaban ya en sus hogares pasando el tiempo con sus seres queridos, y él iba a hacer lo mismo definitivamente.
Una vez cruzó las puertas del establecimiento, saludó a la agente quien le había escrutado nada más su cabeza se asomó en su campo de visión.
-¡Ya estoy aquí Annie! - Espetó el hombre sonriendo e irradiando alegría como si fuese un pequeño solecito maravilloso. Ella le regaló una sonrisa ladina, y cuando Armin estuvo a su lado se acercó un poco más y sus labios le dibujaron un beso en la mejilla de él.
Este tan solo se sonrojó, mordiendo su labio inferior y mirándola como si fuera su diosa.
-¿Entonces... Arlert... Procedo a arrestarlo? - Y los labios de ella se juntaron formando una sonrisa nada más acabó de pronunciar esa frase. Se volvió a acercar al profesor de instituto, y sus rostros se quedaron a centímetros.
-Sólo si me colocas las esposas mientas cenamos en mi casa. - Expresó con valentía mientras rompía la distancia entre ambos y le regalaba un beso y acariciaba las hebras pálidas de Annie.
-Como desees, ladrón de mi corazón.
FIN