Hands

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Se viene drama y buena cantidad de palabras 💎☀💕

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Se tomó un momento para pensar en lo siguiente que iba a hacer, Annie normalmente era una chica totalmente segura de lo que hacía, con una mente fría y calculadora, siempre alerta y lista para devolver un ataque... Sin embargo si se trataba del rubio... Annie se volvía nerviosa e incluso torpe. 

Armin Arlert siempre había conseguido ablandar su corazón. 

Pero eso no la había impedido luchar con todas sus fuerzas contra él cuando ambos tenían que enfrentarse. Solía ganar ella, pero alguna vez el rubio la había sorprendido tirándola al suelo de hierba y tierra. 

Los dos rubios se habían vuelto un poco más cercanos después de que en uno de los entrenamientos Armin le dejara la beber de su cantimplora, ya que ella, por un despiste, se la dejó en algún lugar de su habitación. 

No había sido un encuentro muy duradero, pero lo suficientemente como para hablar un poco de manera tranquila mientras bebían agua fresca y miraban un lago que había fuera de las murallas. 

Annie seguía mirando al amigable de los Arlert silenciosamente pensando en cómo llamar su atención y preguntándose cómo sería, o cuál sería la sensación de que él tomara la mano de ella y se miraran a los ojos sin pronunciar palabra dejando que el tiempo fluyera entre los dos. 

No hace mucho, en alguno de los entrenamientos, notó que las manos de él eran algo más grandes que las de ella, lo suficiente como para poder envolver las manos de la joven Leonheart y proteger sus manos del frío del invierno. 

También se dio cuenta de que ella realmente quería tener ese tipo de tratos de cariño con el chico que parecía ser un sol hecho hombre, brillante y luminoso. Sí, ella quería que él agarrara sus manos y les diera calor con las suyas. 

No supo de qué forma, pero ya se encontraba caminando al lugar donde el Arlert se estaba apoyado en un roble fuerte y hermoso. El chico estaba manteniendo una conversación fluida, con Misaka, sobre una de las maniobras que deberían emplear en caso de emergencia: si un titan les perseguía en círculos, ninguno parecía tener clara una respuesta. 

Los pies de la rubia de mirada cansada se pararon de golpe, y apenas habían pasado varios segundos y hacía recorrido todo el trecho hasta quedar en ese sitio. Se levantó algo de polvo al dejar de caminar, y los dos amigos la detallaron con atención. 

Cuando los orbes de ambos se detuvieron en ella, y la examinaron con extrañeza y duda, pero jamás molestia, las rodillas de Annie templaron unos segundos. Se maldijo a sí misma por ese acto involuntario que nunca podía controlar, y sus ojos se posaron con cautela en el chico. Armin le devolvió la mirada, de forma cálida y reconfortante, y la cadete pudo sentir su corazón agitarse, frenético y abrumado. 

Sintió sus mejillas arder débilmente y, miró a otro lado durante escasos segundos sin saber a ciencia cierta qué decir en ese momento. Se fue a como empezaría una conversación habitual. 

-Em... Hola chicos, - Levantó la mano para dar a conocer en saludo tímido y se obligó a sí misma a hacer una pequeña sonrisa para causar una impresión cálida y agradable. - Hace rato que no encuentro una carta que escribí el otro día... - Efectivamente, la rubia quería que el Arlert la ayudara a buscar ese trozo de papel, y así hablarían un poco a solas.

-Hola Annie.- Saludó de vuelta el cadete, agitando su mano, después se quedó pensando en un posible lugar para encontrar la carta de su amiga. - ¿Quieres que te ayudemos a encontrarla? - Le preguntó a la Leonhart que lo miraba sorprendida de que hubiera accedido tan rápidamente a ayudarla. 

Aruaniweek 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora