Los dos tenían una costumbre por las noches, era algo que dudaban mucho de dejar, puesto a que era una rutina maravillosa que siempre era marcada por algo nuevo que hacían, pero antes de eso pongámonos al tanto de la situación.
Giyuu acababa de volver de una dura misión, la cual terminó con dos costillas rotas y Tanjiro había vuelto también, pero a diferencia del pelinegro solo eran unos tantos raspones. Se habían encontrado en la finca mariposa, los dos se retiraban del lugar cuando se toparon en uno de los pasillos. Impulsivamente, Tanjiro, se lanzó hacia Tomioka, este ahogo en su garganta el gemido de dolor, no quería que el menor se sintiera mal — aunque el Kamado mayor lo descubrió igual por su olor —, el pelirrojo sonreía de oreja a oreja con el brillo de niño enamorado en sus ojos, Giyuu no era muy distinto, el rubor en su pálido rostro le delataba, decidieron irse, ya iba atardecer y con ello llegaría lo hora de dormir. Tanjiro tomó la caja de Nezuko y el azabache le ofreció alojamiento a ambos en su casa, el peliburdeo no pudo decir que no, con las mejillas coloreadas siguió al pilar hasta su finca.
El mayor le indicó una habitación para la demonio, ya que sabia de antemano que su pareja dormiría aferrado como koala con él y de solo pensarlo sonreía sutilmente. Mientras que Kamado uno se encargaba de Kamado dos, Tomioka fue a la cocina y preparo la cena, no tenía mucho por lo que simplemente hizo un poco de Udon, según su novio, él cocinaba de una forma espectacular, que si tuviera un restaurante ya sería multimillonario y con una cadena de restaurantes en todo el país, un puchero se formó en sus labios al recordar el halago que le había hecho. De pronto unas manos rodearon su cintura suevamente, sobresaltándolo en el acto, una cabeza se apoyó en su espalda mientras que unas pequeñas manos de aferraron a su Hakama.
— Te lo dije, hasta Nezuko, que es un demonio, se le hace agua en la boca con solo oler el olor de tu comida, cariño.
— Ay, bebé... No es la gran cosa tampoco.
— Te juro que sí, a lo más y derrotas a Muzan con solo tu comida.
El menor mordió el interior de su mejilla ante la mala broma que había hecho. Sin embargo, comenzó a reír en cuanto su amado ojiazul estalló en una tierna risa.
— Ya terminé, solo falta servir.
En tres cuencos — ya que no iba a dejar a la demonio con la ganas, además ¿qué mal le haría? Era un demonio después de todo — sirvió la comida, la niña de larga cabellera se encargó de llevar los palillos, servilletas y su plato de comida, dejando a solas a la pareja, Giyuu aprovechó el momento de distracción de su ojirubí y besó elegantemente sus labios, jugando un poco con la lengua, cuando se separó llevó los dos platos que quedaban, mientras eso ocurría el más bajo se convirtió en un tomate al instante y con suerte podía balbucear, esa batalla había sido ganada por el pilar... ¿Hasta eso eran los mejores los pilares?
Tanjiro rápidamente se fue a sentar con su hermana y novio, pensando su venganza por aquel maravilloso beso. Los tres convivieron en esa maravillosa cena, después de haber comido sus alimentos recogieron todo, siendo Nezuko la ganadora de una pequeña pelea sobre quien lavaba los trastes, echando de la cocina al pelinegro y el ojirubí, ambos suspiraron resignados. Tanjiro se recompuso rápidamente y arrastro a su pareja hasta el jardín, ambos se colocaron unas sandalias que estaban por allí.
— ¿Tanjiro?
— Shh... Déjate llevar, ¿si?
Una vez que se encontraban en medio del jardín, presumiendo su amor y belleza ante los hermosos rayos de luna, Tanjiro rodeó la cintura de Giyuu su brazo derecho y con el izquierdo elevó su mano y la de su pareja hasta la altura de sus hombros, el azabache — por instinto — colocó su mano libre sobre el hombro del menor, el mayor comenzó a tararear una melodía de su infancia y ambos dejaron llevarse por el momento, sus movimientos eran un poco torpes, pero a ninguno le importaba eso, el solo estar así les hacía temblar de emoción.
— Eres buen bailarín.
— ¿Bromeas? Soy horrible.
— Bueno... Entonces somos dos horribles bailarines...
Ambos soltaron una risita, sus narices chocaron suavemente dándose una dulce caricia, ambos tenían una enorme sonrisa en sus rostros, seguían danzando ante la dulce melodía que tarareaba Giyuu, de pronto pasaron a pararse en los troncos que estaban en medio del estanque del jardín, quedando sin espacio personal alguno, mas eso no les importo... Ellos estaban perdidos en los ojos ajenos que brillaban con un dulce amor.
— ¿Podemos hacer esto de nuevo?
— Todas las noches que desees...
Oh... ¿Y cuantas veces no lo hicieron? Aquello termino convirtiéndose en su dulce costumbre.
Giyuu se agachó y sujetó la parte de atrás de las rodillas de Tanjiro, elevándolo, el pelirrojo por su parte aferró a los fuertes brazos del azabache, embobado por la vista que le regalaba inconscientemente su novio.
— ¿Vamos a dormir? — preguntó el ojiazul.
— Solo si me dejas estar a tu lado — respondió besando los labios ajenos de forma lenta.
— Siempre.
Caminaron hacía la casa, una vez allí encontraron a la demonio esperándolos, los mayores se miraron por unos segundos antes de volver a sonreírse, los dos tomaron una mano de la menor y se dirigieron a una habitación, una vez allí los tres se recostaron en el gran futón, quedando Giyuu en el medio, aquella noche de verano durmieron en paz y con un extraño, pero reconfortante ambiente familiar.
...
Hola, ¿cómo están? Espero que bien... bueno... Aquí estamos con el nuevo capitulo, ¿qué les pareció? ¿Le falta algo? ¿Más sentimiento? ¿Más desarrollo? ¿Más amor? Déjenlo en los comentarios... Puse la canción porque la adoro, ¿y ustedes que opinan? Recuerden de comentar, votar y disfrutar...
Nos vemos en otra historia...
Nox...
La persona de mil rostros...
Día cuatro: Mañanas
ESTÁS LEYENDO
||Momentos juntos ||~GiyuuTan Week~||
RandomMes de Junio... Mes del Orgullo y obviamente no me iba a perder esto, les presentó la semana de GiyuuTan, una semana creada 100% por mí (en cuanto los temas de día se tratan, claro) espero que les guste. Día uno. A dirección Día dos. Abrazos Día tre...