Flores de la Muerte

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Algunos dirán que es un mito, otros dirán que es verdad. Él no creía que era cierto... Hasta que lo vivió...

Por más que se opuso, por más que deseara que fuera una broma, por más que le rezara a todos los dioses que conocía... Él terminó enamorándose... Y de alguien que no le correspondía, ¿por qué? Te preguntarás, porque la persona de la que se enamoró era un hombre... Era un amor imposible, lo supo desde el primer momento. Era mal visto, sabía que si decía algo lo más probable es que todos le ignorarían o incluso llegarían a llevarlo a un hospital psiquiátrico para que le curaran de su "mal o su anormalidad".

Él desde muy pequeño sabía que había algo "mal" en él, nunca le interesaron las mujeres a diferencia de otros niños que sufrían de un enamoramiento infantil, las únicas dos mujeres que realmente le importaron ahora le esperaban en el otro lado junto a su amigo y casi hermano para irse a descansar para siempre o tal vez reencarnar.

Nunca había esperado eso, ni siquiera lo había deseado. Hace mucho tiempo ya había escuchado esa vieja leyenda, primero fue por parte de su amada hermana Tsutako.

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— ¿Me cuentas una historia, Tsutako-nee? — preguntó un pequeño de no más seis años con unos zafiros llenos de ilusión infantil.

La chica que parecía la versión femenina del niño lo apresó entre sus brazos, apoyó la pequeña cabeza del infante en su pecho de forma maternal mientras le acariciaba el cabello, la muchacha le sonrió a su hermanito y comenzó.

— Yuu... Esta es una leyenda... Nadie sabe si pasó en realidad algo así para inspirarse en lo que ahora conocemos... Pero dice algo así... — la chica pasó sus frías manos por el sedoso cabello azabache — Cuentan por allí las historias de los Samurais que un mal acechaba a los valientes guerreros que protegían Japón... Se cuenta que los soldados morían por toser flores.

— ¿Toser flores, nee-san?

— Así es, Giyuu — respondió la mayor — Se dice que florecían flores en los pulmones de los soldados ante un amor no correspondido, otras personas lo narran como dulces princesas que enfermaban del Hanahaki por no ser correspondidas... Sin embargo, había una cura para eso... Y es confesarse a la persona que amas.

— Pero, Tsutako-nee, si esas personas amaban tanto a alguien... ¿Por qué no confesaron sus sentimientos y prefirieron morir?

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Se hizo un ovillo en una de las esquinas de su habitación de aquella hermosa finca, sus manos temblaban de forma descontrolada.

Cierto... se había hecho esa pregunta muchas veces cada vez que recordaba la historia: "¿Por qué no confesaron sus sentimientos y prefirieron morir?"

Miedo, negación, confusión, dolor... esas eran unas de las pocas razones... Él sentía todo eso... Sabía que no era su culpa... ¿por qué tendría que tener la culpa de enamorarse de un chico? ¿Que tiene de malo ello? ¿Edad? Aún habían personas que tenían una gran diferencia de edad, la tendencia estaba entre los 10 a 20 años de diferencia y con ese chico solo tenía seis, ¿clase? Actualmente no había mucho drama por ver a alguien más pobre salir con alguien de más dinero, ¿sexo? Bueno... ese era un problema... La gente era tan cerrada y tenía entendido que la cultura japonesa en un tiempo atrás no se oponía a ese tipo de relaciones, sobretodo por su religión, pero con la llegada de la influencia occidental que se metía poco a poco en la mentalidad oriental, todo ello era mal visto.

||Momentos juntos ||~GiyuuTan Week~||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora