El chico de la tela

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La primera vez que le vio pensó que era un ángel.

Kamado Tanjiro había llegado a un pequeño centro deportivo, el cual brindaba una extensa lista de deportes. Estaba allí por recomendación su antigua academia de Jeet Kune Do, la cual tuvo que cerrar, estaba muy emocionado, el lugar se notaba que era muy lujoso y amplio, pero había un pequeño problema... Nunca había estado allí antes y al ser tan grande ni sabía en donde podían estar los baños.

— Ah... Es increíble este lugar - dijo maravillado mientras que buscaba la sala que le había dicho un secretario en la recepción — Y enorme... — suspiro al verse perdido nuevamente.

Giró su cabeza de un lado a otro buscando a alguien. Sin embargo, no había nadie... Resignado decidió entrar a una de las habitaciones... Nunca espero ver a semejante obra maestra.

Una suave melodía sonaba dando un ambiente de tranquilidad, la bella tela de color negro se movía gracias a la figura que escalaba en ella. Un chico de azabaches hebras danzaba en aire con gracia y belleza, sus piernas estaban rodeadas por la tela, su cuerpo se dobló de tal forma que hizo que quedara de cabeza, sus piernas se curvaron un poco hasta tomar una figura parecida a la cola de un escorpión. El joven siguió escalando con firmeza mientras enredaba su torso con aquel manto negro, cuando ya había llegado a lo más alto se soltó, provocando que Tanjiro tuviera un mini infarto, rápidamente corrió hacía él para atraparlo de una fea caída. Sin embargo se frenó cuando vio que el chico paró de girar en el aire, quedando suspendido gracias a un nudo que hizo. Parecía que no se había dado cuenta de su presencia, ya que siguió con la rutina, el pelirrojo estaba con la boca abierta, la forma de como se movía aquel joven era única, después de un rato que subió, ató nuevamente una de sus piernas, sujetándose con una de sus manos y quedando en una pose como libélula. Después quedó suspendido haciendo un nudo en su tobillo, dejando que la tela rodeara su cintura y su espalda se curvó hacía atrás, por último dio una caída libre quedando otra vez de cabeza. Esta vez pudo ver su rostro, Tanjiro se sonrojó al instante en que sus ojos chocaron, unos zafiros se clavaron en él, logrando que su lindo corazón quedara flechada... Un ángel danzando en el aire sin duda alguna.

— E-etto... L-lo lamento, no quería i-interrumpir — dijo lo más coherente posible.

— ¿Estabas espiándome? — preguntó en voz suave y monótona.

— ¡Sí! ¡Digo, no! ¡Es decir! — tuvo que respirar profundamente para calmar esos nervios espontáneos — Solo entré para preguntar en donde estaba la sala de Jeet Kune Do.

— Oh... — dijo el chico quien aún se encontraba atado en la tela de cabeza — Es la sala del fondo de este pasillo.

— M-muchas gracias, me salvaste de este gran laberinto.

Ante la atenta mirada de Tanjiro, el joven de mirada azulada bajó con gracia de la tela, el sonrojó de sus mejillas aumentó cuando le vio bien de cerca, su cuerpo tembló levemente cuando le tuvo aún más cerca.

— ¿Necesitas algo más? — preguntó enarcando levemente una ceja.

— N-no, gracias — retrocedió un poco, mas se frenó antes de agregar algo más — B-bailas muy bien en la tela.

— Muchas gracias — el pelinegro aparto la mirada sobando con su dedo índice su mejilla izquierda.

— Etto... ¡Nos vemos pronto, adiós! — no pudo más con sus nervios y salió de la habitación, dejando atrás a un chico confundido.

...

— ¡Tu debes ser el nuevo! — un hombre rubio con puntas rojas le saludo efusivo cuando le vio entrar

||Momentos juntos ||~GiyuuTan Week~||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora