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La cena estuvo por demás entretenida, Jieun invitó a sus amigas más chismosas a comer y entre ellas, Ten y BamBam no pararon de especular sobre el misterioso acompañante de la princesa el día de su celebración. Grande fue la sorpresa de todos cuando un fuerte temblor provocado por caballos sacudió la vajilla sobre la mesa y no se esperaron ni dos segundos para saciar su curiosidad, mientras que yo me mantuve oculta detrás de la ventana viendo y escuchando la conversación entre mis familiares y la recién llegada guardia real, asombrada sobre todo por ver a la joven rubia enmascarada entre ellos.

–Buenas noches y perdón por la molestia-saludó la mujer descendiendo elegantemente del carruaje siendo ayudada por dos de sus hombres–estoy buscando a Edward Manoban, habrán escuchado el anuncio que la guardia real realizó hoy en el pueblo-afirmó acercándose al grupo de burguesas con tanta delicadeza que me surgió la duda de si es auténtica o solo producto de mi imaginación.

–Lamento informarle alteza, que ese nombre perteneció a mi hermano ya fallecido hace unos años-mostró una tristeza tan falsa que estoy segura que hasta esos extraños lo notaron–y no dejó sucesor para enorgullecer al legado familiar-¡mentirosa!

–Ya veo, ¿habita alguien más la mansión aparte de ustedes tres?¿servidumbre, parientes lejanos, algún acogido?-le cuestionó la rubia de forma pausada casi saboreando las palabras.

–No, solo nosotros y he de confesarle que fue BamBam, mi hijo mayor, el que se presentó como su tío-mis ojos se abrieron ante su desfachatez y falsa declaración, no entiendo como aún puede sorprenderme «¿Y la hija de los dueños originales de la mansión, Lalisa?» se me saltó un latido al escucharla pronunciar mi nombre con tanta familiaridad y tuve que apretar mi agarre al borde de la ventana para no preguntarle por qué tanta insistencia–Mi sobrina murió junto a sus padres cuando era una niña, aquí preferimos no hablar de ella porque la herida aún sigue abierta-no pude resistir las negativas de Jieun ni permitir que siguiera engañando a la princesa por un problema que yo misma inicié. Salí llamando la atención de los presentes y ganándome una mirada de odio de mi tía que preferí ignorar por el momento.

–Edward Manoban ¿cierto?-más que preguntar afirmó caminando hacia mí haciéndome sentir avergonzada, maldita la hora en que decidí imitar a mi padre para escapar de mis patrones.

–Supongo-sonreí incómoda apartando la mirada de esos ojos que provocaron que las confundiera la primera vez–Debo pedirle disculpas por lo ocurrido princesa, planeaba encontrarme con una, amiga, y la confundí con usted y al parecer todo se salió de control en cuanto dio la noticia-me lamenté atropelladamente sintiendo cada vez más la presión de la situación caer sobre mí–no pretendía engañarla, si me vestí de esa forma fue para no ser reconocida-y para no ser castigada después por mezclarme con una sociedad a la que no pertenezco.

–No tiene por qué disculparse, si bien el anuncio del matrimonio fue solo para encontrarte en el menor tiempo posible, ahora que te conozco he cambiado de opinión-entrecerré los ojos en su dirección intentando decifrar a qué se refería–¿Aceptaría casarse conmigo señorita Manoban?-en cuanto sus pensamientos se volvieron sonidos negué enérgicamente pareciéndome terriblemente absurda su proposición.

–Lo siento mucho princesa, sin embargo no puedo corresponderle de la forma que usted desea-me disculpé con una pequeña reverencia sintiendo todas las miradas pesar sobre mi espalda.

–¿Entonces por qué nos interrumpiste si no tienes intenciones de casarte conmigo?-cuestionó acortando la distancia al mismo tiempo que yo retrocedí manteniéndola.

–No quería que la engañaran su alteza, no merece eso, nadie lo hace-expliqué esperando que eso fuera suficiente, sin embargo me equivoqué «¿Y por qué no me acepta?» insistió–Porque estoy enamorada de alguien más, de la mujer más hermosa de este universo, usted también es hermosa-corregí avergonzada de que creyera que no es atractiva, no vaya a tomar represalias en mi contra por un simple comentario–pero ella es como esas ninfas que se encuentran en los libros, una belleza mágica, que cautiva todos los sentidos, Rosé con solo mirarme hace colapsar a todo mi sistema nervioso-reí recordando todas esas veces que mi mente se quedó en blanco porque nuestras pieles se rozaron o besó sin previo aviso mis mejillas, el revoloteo en mi estómago y el temblor en mis manos–Podría observarla durante horas y continuaría encontrando nuevos motivos para amarla, ella es mi persona-me encogí de hombros esperando que entendiera mis razones.

–Es precioso lo que dices, esa joven tiene mucha suerte de encontrar a alguien que sienta algo tan bonito por ella-sonreí en agradecimiento, ni siquiera con esas palabras se podría describir a Rosie o la inmensidad de lo que siento por mi rubia–¿De dónde es esta divinidad?

–Vive en el bosque, o al menos siempre la veo allí; quiero pedirle matrimonio cuando la vea, no deseo esperar más, quién sabe cuanto tiempo nos queda sobre esta tierra y no quiero perder ni un minuto a su lado-reflexioné apartando mi cobardía, en cuanto la princesa se fuera buscaría el anillo de mamá y le prepararía una bonita propuesta a la rubia, quiero vivir mi vida a su lado de forma plena y un poco de inseguridad no lo va a evitar.

–Si es así deberías ir reconciderando mi propuesta, Lili-el apodo llamó mi atención y quedé en peor estupefacción de la que estaba antes cuando deslizó la máscara negra fuera de su rostro, ahí estaba Rosé, mi Rosie frente a mí pidiendo unir nuestras vidas para siempre, las manos de la mayor acunaron mis mejillas trayéndome de regreso a la realidas–¿Me harías el honor de ser mi reina Lis?-repitió entrelazando sus dedos a los míos.

–Sí quiero-acepté con las lágrimas picando mis ojos y sus labios se abalanzaron sobre los míos dándome el tan ansiado beso, su boca se movió intensamente sobre la mía robándome el aliento hasta volverse dulce y pausado algunos minutos después–pero mi mejor amiga tiene que ser la dama de honor, se lo prometí-me separé unos milímetros jadeando mas sin dejar de observar esos belfos que muero por besar otra vez.

–Por supuesto-sonrió uniendo nuestras frentes mientras nuestros orbes continuaban conectados–mientras sea contigo le digo sí a todo.

Fin.

Holis🙋
Hoy estoy inspirada pero no se acostumbren que puedo desaparecer en cualquier momento. Aún no sé si hacerle un epílogo a esta historia ¿ustedes qué piensan, les gustaría? Los amo🥰😘.

Byebye🙋.

Una nueva Cenicienta (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora