Corrí por el valle hasta visualizar a Rosé sentada en la misma roca de siempre con sus pies creando pequeñas olas en el agua. Recorrí su perfil mientras intentaba recuperar el aliento, sus cabellos dorados meciéndose al viento como destellos de sol, sus ojos oscuros siendo protegidos por sus largas pestañas, su pequeña nariz como un botón de rosa y sus labios rojos y esponjosos pidiendo a gritos ser besados; la rubia es como un ángel, un ser puro y milagroso sonriéndole a la naturaleza tal cual solo ella puede hacer, tal vez es una de esas ninfas que son capaces de enamorarte con una sola mirada o el sonido de su risa, tal vez yo me enamoré incluso antes de que sus orbes conectaran con los míos aquella tarde.
–¡Rosie!-grité llegando hasta su lado sentándome en el espacio junto a ella con su ayuda–Traje algunos pasteles y té, esta vez son de mora-le conté mostrándole la cesta antes de ubicarla a nuestras espaldas sacando dos postres y entregándole uno.
–Adoro las moras-sonrió achicando sus ojitos de forma adorable llenándose la boca de dulce mientras soltaba un pequeño gemido de satisfacción haciéndome sentir orgullosa de mi trabajo en la cocina–¿Irás esta noche al baile que dará el rey para buscarle un pretendiente a la princesa? Incluso las doncellas están invitadas-preguntó y me encogí de hombros limpiando la jalea acumulada en la comisura de sus labios ganándome un beso cerca de los míos que hizo a mis mejillas arder.
–No tengo nada que hacer allí, además de que realmente odio a la nobleza, solo se preocupan por el dinero, las clases sociales y mantener las apariencias-mi odiosa tía y sus hijitos son una prueba clara de ello, a pesar de que son los familiares pobres de los Manoban les encanta darse aires de grandes señores–son abaros, descorteses y desconsiderados, y sinceramente aunque digan que la princesa es diferente a todos los demás del gremio no lo creo-agregué dándole una patada al agua provocando que salpicara, esa niña rica no es más que otra superficial por más que digan lo contrario, con decir que nunca se ha visto en el pueblo es suficiente, no es siquiera capaz de visitar a las personas que supuestamente debe que cuidar.
–Pero no todos son así, no debes generalizar los estereotipos porque hayas conocido a las personas equivocadas Lili-regañó reposando su cabeza en mi hombro.
–Lo sé, hubieron algunos diferentes, sin embargo ya murieron-murmuré llamando su atención–¿Has escuchado hablar sobre la familia Manoban?-indagué cuando se compuso observándome curiosa.
–Sí, mas solo las historias que cuentan en el pueblo, dicen que regresaban de unas vacaciones en su casa de campo-no tendrían que haber vuelto tan pronto, solo salieron esa noche porque insistí en que quería que me trajeran a Leo, mi gato, me he arrepentido por mandarlos a la muerte mil veces después de ese día–cuando el carruaje perdió el control callendo por un barranco, todos murieron, aunque el cuerpo de su única hija y pequeña de ocho años nunca fue encontrado entre los restos del accidente-terminó y un sentimiento de ahogo se entendió en mi pecho, para el mundo yo estoy muerta y mi tía nunca desmintió esas creencias, por supuesto que no le convenía a la hora de quedarse con la fortuna que mis padres me dejaron. «¿Por qué querías saber si iría al baile?» cuestioné el tema inicial cuando logré recomponerme.
–Es que pensé que podríamos vernos allí, sería nuestra primera fiesta juntas-respondió realizando uno de sus puchero que moría por besar «Solo si es una cita» me aventuré a proponer pidiéndole a todas las deidades que aceptara y no me viera como una aprovechada–Es, una cita.
–¡Jisoo necesito que me ayudes, Rosé me invitó al baile y no sé que ponerme, no sé como ir sin que Jieun se entere!¡Estoy desesperada Soo!-vociferé corriendo hasta el jardín de la casa de mi mejor amiga perdiendo los estribos, nunca he tenido una cita en todo el sentido de la palabra y que sea con la rubia y en una celebración real me pone de los nervios.
–Primero cálmate y vayamos a mi habitación-me detuvo con su característico tono apasible arrastrándome hacia su cuarto donde me hizo contarle a detalle todo lo que había pasado y lo que necesitaba encontrando, como de costumbre, rápidamente una solución–Existen dos opciones, este vestido-dejó sobre la cama un ejemplar de seda roja con volantes de hilo dorado adornando la falda y un corsé para ajustar el torso–o este traje que es de Jin-mostró un conjunto azul oscuro de pantalones entallados, camisa blanca y saco con un delicado estampado plateado, verdaderamente precioso.
–Si quiero que no me reconozcan, lo cual es complicado porque me ven todos los días, será mejor que me vista como tu hermano-concluí deslizando los dedos por la suave tela–ninguno esperaría que me apareciera en la fiesta como un chico-aunque tampoco esperarían que fuera siendo sincera, aparte de no tener un vestuario adecuado para un evento de esa magnitud tampoco estoy buscando marido como las otras chicas que asisten.
–Perfecto, mucha suerte cariño, mereces ser muy feliz y si ella es tu felicidad no la dejes escapar-sonrió acariciándome el cabello.
–¡Eres mi hada madrina, prometo que serás la dama de honor cuando me case con Rosie!-chillé colcándome de su cuello, Jisoo es como la hermana mayor que nunca tuve, además de que se comporta igual que una madre a la hora de darme consejos o regañarme cuando hago alguna tontería, es la única familia que tengo en el mundo.
–Solo soy tu amiga, idiota-rió mientras me apretaba más entre sus brazos–Recuerda que nosotros regresaremos a las doce, así que por favor trae la ropa antes para no tener problemas, sabes que Jin se pone como loco cuando se trata de su preciado estilo-asentí agarrando el traje y volviendo a correr a casa.
Esta noche sería especial para ambas, en cuanto viera a Rosie le pediría que nos fuéramos, que comencemos una nueva vida lejos de este pueblo y todas las ataduras que conlleva. Observé mi reflejo en el espejo una vez estuve lista con los accesorios que alguna vez fueron de mi padre y por primera vez, sentí que podría tener mi felices para siempre.
ESTÁS LEYENDO
Una nueva Cenicienta (Chaelisa)
FantasySupongo que a la mayoría nos gustan los cuentos de hadas, donde habitan reyes, princesas y hechiceros; los que te transportan a mundos mágicos más allá de la imaginación. ¿Recuerdan a Cenicienta? Se historia, la deslumbrante celebración en la que en...