|||ᴇᴍᴘᴇʀᴀᴛʀɪᴢ ɢᴜᴇʀʀᴇʀᴀ.|||² ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.

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______Pasado.______

Su largo cabello marrón atado a una coleta alta, sus puntas eran onduladas, su recto flequillo que cubría levemente sus ojos al agacharse.
Sus manos cubiertas por sus guantes negros, su vestimenta de colores plateados y violetas, ese traje militar que acentuaba su pequeña pero perfecta figura.

Ante sus ojos estaba el caballero femenino haciendo una reverencia, su mirada esmeralda puesta en el suelo, su rostro sereno y esperando su respuesta.

Su piel era pálida pero sus mejillas tenían un leve rubor, sus labios no eran tan carnosos pero parecían apetecibles ante su visión, de un llamativo color rosa y suaves al parecer.

La brisa que entró por la ventana movió levemente el cabello del caballero trayendo hasta sus fosas nasales el aroma de la fémina

Tan dulce, suave, atrayente.

Un aroma que lo hizo estremecer y sentir algo extraño en el estómago y pecho, mojó sus labios al sentirlos resecos y sonrió ignorando el brillo en sus ojos.

-Lady Juliette, es un honor para este príncipe que un caballero como usted sea mi escolta temporal.

Por fin esa mirada esmeralda lo miro, pero no había más que respeto y neutralidad en ella.

-dejo a su cuidado mi seguridad -le volvió a sonreír ladeando un poco la cabeza.

-daré todo de mi para no defraudar su confianza alteza.

El rubio asintió e hizo un ademán para que las sirvientas se fueran. Ambos estaban en su oficina, en el palacio zafiro.

-supe que los caballeros Lacus se retiraron al territorio Zblika, su tío se quedará en la ciudad imperial? -apoyó sus codos en su escritorio mientras entrelazaba sus manos y apoyaba su mentón en ellas mirando atento a la peli marrón.

-el capitán decidió quedarse en la ciudad imperial mientras los caballeros descansan en la villa del territorio Zblika.

-ya veo, de seguro mi padre visitará constantemente al Lord, tiene un gran afán por tratar de ver ebrio a su tío -se encogió de hombros sonriendo divertido tratando de encontrar alguna sonrisa en esos labios llamativos.

Era sabido del gran favor imperial que tenía el archiduque Zblika, el emperador de seguro visitaría la mansión Zblika varias veces a la semana para iniciar una fiesta o tratar de ver ebrio a su caballero más confiable.

-"por eso al tío no le gusta venir a la ciudad imperial y se esconde en su territorio, el emperador odia el frío así que es raro que visite el territorio Zblika o Mirelle".

Recordó divertida la mueca de disgusto que hizo su tío al ver que a primera hora de la mañana el emperador pidió que desayunen juntos, asistió al desayuno escuchando curiosa la voz animada del emperador que contaba anécdotas del pasado tratando de que el peli plateado sonriera o hiciera alguna mueca.

Después de años aún no entendía la relación del emperador y su tío, solo sabía que cuando el emperador tenía la oportunidad seguía a su tío como un cachorrito que sigue a su dueño y trataba de llamar su atención o hacerlo reír.

-por el momento debo revolver algunos asuntos, luego iré a recorrer el jardín y tal vez visité al pueblo -cerró sus ojos sonriendo amable mientras la menor lo miro dudosa.

El príncipe heredero visitando al pueblo?.
No hacia falta vivir por años en la ciudad para saber que el príncipe no era amable ni humanitario, sabía que era una persona frívola, inteligente y con un gran don de liderazgo.