|||ᴇᴍᴘᴇʀᴀᴛʀɪᴢ ɢᴜᴇʀʀᴇʀᴀ.|||² ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.

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______Actual.______

La nana de la única princesa de Obelia, observó con curiosidad y duda a la dama de hebras chocolate. Hebras tan largas que le llegaban hasta unos centímetros abajo de su cintura.

Sus puntas onduladas, su cabello era decorado por una hermosa diadema plateada con gemas amatista. Un largo vestido lila que acentuaba sus caderas, su cintura y sus senos.
Su espalda estaba al descubierto hasta abajo de sus omóplatos, las cortas "mangas" del vestido colgaban de sus hombros, sus zapatos de tacón no lograban divisarse gracias al vestido. Sus uñas estaban pintadas de un rojizo atrayente y levemente llamativo, en su mano izquierda en el dedo anular había un anillo que hacía relucir su mano.

La luna del imperio era una dama hermosa y jovial, de eso no había dudas.

Un leve sonrojo adornó las mejillas de la nana, que volvió a la realidad al escuchar un balbuceo y ver que la emperatriz tomó en brazos a la princesa para posarla en su pecho, la pequeña bebé enterró su nariz en el nacimiento de los senos de la peli marrón quien sostuvo su cuerpo con cuidado.

-me encargaré de que tengan todo lo necesario, las nuevas sirvientas te ayudarán con el cuidado de la princesa, dos de mis caballeros se quedarán para cuidarlas. Si algo le sucede a la princesa comicale a mis caballeros lo ocurrido, desde ahora en más debes de tenerme al tanto de todo lo que ocurra con la princesa.

Esos ojos esmeralda la miraron con serenidad haciéndola exaltar.

-sí majestad, cuidaré a la princesa con mi mejor esfuerzo, muchas gracias por confiar en mi..y habernos salvado -hizo una reverencia apretado la falda de su vestido con fuerza.

La peli marrón mayor miro a la más joven para después mirar a la bebé, que estaba despierta y jalaba su vestido.

-te llamas Lillian York, cierto? -la nombrada la volvió a mirar pero la oji verde no -Thana bebió del pecho de su madre? -la miro ignorando que la bebé estaba babeando su vestido.

-n-no majestad -se mostró nerviosa por lo que estaba haciendo la bebé y curiosa por lo que preguntó.

-ven y ayúdame -la emperatriz se sentó en el sillón de la habitación y acomodó a la bebé en uno de sus brazos, la cual se empezó a quejar, con su mano libre alzó su cabello.

La oji celeste corrió hacia ellas sin saber qué hacer.

-hazme una trenza o algún peinado para que no moleste a la princesa -la nana sostuvo su cabello con delicadeza y nerviosismo empezando a hacerle un peinado tratando de no tocar los accesorios en su cabello.

El llanto de la bebé pronto se empezó a escuchar poniendo nerviosa a la nana mientras la oji verde tarareo una melodía y movía con suavidad a la menor.

-listo majestad -la oji verde corrió su trenza hacia adelante posandola en uno de sus hombros del lado de los pies de la princesa.

-desabrocha mi vestido -susurro viendo los ojos llorosos de la rubia que soltaba leves quejidos.

-e-eh?.

-tiene hambre, la alimentare hasta que elija una nodriza -la oji celeste al entender la ayudó a desabrochar su vestido, la emperatriz subió una de las tiras de su vestido para que tape uno de sus senos y el del otro lado lo dejo libre ante la vergüenza de la nana.

Que se sorprendió al ver que la emperatriz no acercó su pecho a la bebé, sino que la miro y la pequeña, que estaba cerca de su pecho, acercó su boca a su seno babeando su piel hasta que encontró su pezon y con su boquita cubrió su areola junto al pezon empezando a mamar, mientras la oji verde sonrió sosteniendo con su mano libre el seno del cual la princesa estaba bebiendo.