Cap. 1: Aphrodite.

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Cap. 1: Aphrodite.

Esponjosidad pequeña, cierra tus ojitos brillosos y recuerda esta historia con detalle, para que puedas contarla otra vez.

Esponjosidad hermosa, así inicia esta historia; había una vez, en el reino de las profundidades, un hermoso tritón que peleó con las corrientes profundas para poder emerger a la superficie. ¿Sabes por qué las sirenas y los tritones gustan de subir a medianoche? ¿No? Bien, pues yo te lo diré. Emergen de entre las corrientes marinas para darse breves baños de luna, para mantener su belleza y su poder.

.*.

— ¿Es que no vas a rendirte? — Sobre las maderas del muelle se escuchaban pisadas, curioso el tritón asomó su cabeza hacia la superficie, aleteó para levantar su cuerpo, intentando mirar lo que ocurría. Su visión era poca.

— Ni de coña.

— Bien, pues tú lo quisiste así. — "Pum, pun, pum, ¡pum!" Se había escuchado incluso bajo el muelle y enseguida una inmensa masa humana cayó al agua. El tritón protegió su cuerpo entero debajo del muelle, pero observó como aquel humano se hundía y a su paso manchaba de oscuridad el agua.

— ¿Qué es eso que le está saliendo? — Preguntó curioso, sumergió de una la cara debajo del agua para observar a detalle. — Le está saliendo algo... y uh... que horrible huele.

— Así les pasa y luego cuando se vaciaron, flotan. — Respondió con falsa sabiduría el tritón que le acompañaba.

— Entonces ¿Estará flotando por todo el mar? — Su amigo asintió. — Uhg... que asco ¿Y si lo regresamos a la tierra?

— No, si los tocas, te conviertes en espuma de mar. ¿No lo sabías, Aphrodite?

— ¿Es así?

— Sí, sí, lo he escuchado de alguien mayor. Cuando un humano te toca, te conviertes en espuma de mar. — El pequeño tritón abrió los ojos, él por pura casualidad había accedido a la superficie, porque le habían dicho que los rayos de luna eran hermosos y él quería comprobar si aquello era cierto, la idea de que hubiese algo más hermoso que él, le había vuelto un curioso, pero... viendo aquel cuerpo hundirse, las ganas de regresar a casa le invadieron.

Además, los rayos de luna ya se habían apagado.

— Bueno... entonces mejor me voy. No quiero convertirme en espuma de mar, como las sirenas. — Sonrió, movió la punta de su colita, intentando alejar el aroma del humano y sin más, se sumergió en las profundidades. Durante los siguientes años, jamás pensó nuevamente en regresar a la superficie... aunque muy de vez en cuando, se preguntaba si, aquel humano estaría flotando de aquí para allá, o... si ya se lo habían comido. 


|¤°.¸¸. ·'¯'» Doki Amare Peccavi «'¯'·.¸¸. °¤|


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«.·°·~*~' Sirenas '~*~·°·. »
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