Cap. 7: Aldebarán

32 5 3
                                    

Cap

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cap. 7: Aldebarán

Hermoso niñito, hay alguien de corazón ambiguo, como ambiguo su pasado y su historia. Se le ve constante en pisos abandonados, en fiestas concluidas y en historias terminadas. Es, esponjosidad, el ser que todo lo termina; fuertes cuernos y cuerpo humano.

Hermosura pequeña, el minotauro que siempre espera en el laberinto, ve con los ojos bien abiertos para que no te atrape, y si te atrapa no intentes huir para que no haya castigo.

Esponjosidad el minotauro no es fácil de vencer.

.*.

Lo último que recordaba era... ¿Qué era?

Había estado acompañado a alguien y después un profundo sueño le había vencido. Tenía una extraña sensación de que algo no era cierto, el engaño podía detectarse en el aire como una profunda niebla que empezaba a ahogarle. A este punto terminaría muriendo en unos minutos.

Abrió los ojos. ¿Moriría? Aquella sola idea le hizo sentir asqueado. Eso no era posible... porque él. ¿Él? Sus pupilas se dilataron en un segundo y agudizó sus sentidos.

— ¿Quién anda ahí?

— Al fin te he encontrado. — De entre las paredes de rosales salió un hombre, y empuñaba con valentía la espada en sus manos. — Minotauro, hasta aquí se han finalizado tus crímenes y delitos.

¿Crímenes y delitos? ¿Él era un criminal? Aldebarán llevó ambas manos a su cabeza porque esas simples palabras empezaban a fastidiarle.

— Mi nombre no es Minotauro. — Pero a esas palabras la risa del otro hombre se dejó escuchar, tenía una mirada severa, tan poco compasiva y no es como si jamás alguien le hubiese observado de esa forma, el problema de Aldebarán radicaba en que no recordaba con claridad nada, ni su nombre, pero... minotauro no era.

— Eres una aberración, y has asesinado a tanta gente que no mereces ni un poco de compasión.

— Yo no he matado a nadie. — Un recuerdo en segundos dejó ver en sus manos sangre. Él en batalla, él contra otros tantos, él... pero no estaba solo. ¿Entonces sí? — Sólo en combate, pero.

— Calla. No estoy aquí para escucharte, me han contratado para asesinarte y eso es lo que haré, liberaré a mi pueblo si lo consigo así que... este es tu fin.

Y todo empezó, la espada era rápida, una hoja extremadamente afilada, a pesar de no ser un termino de "caballeros", Aldebarán fue embestido por los ataques, sostuvo entre sus manos algunas veces la espada para evitar una herida mortal, pero lastimado estaba.

Su cuerpo reaccionaba mucho más rápido que su mente, como si hubiese una disidencia completa entre sus pensamientos y sus habilidades. Estuvo a punto de arrebatar el arma de su atacante, con un último movimiento, pero los recuerdos en su mente jugaron en su contra.

Una imagen, recordó de pronto. Quién le atacaba era su compañero.

— ¡Shura! ¿Qué es todo esto? — Aldebarán reaccionó, reconociendo a la persona que le atacaba — ¡Shura, detente!

La voz gruesa hizo dudar por unos segundos a Shura, pero aprovechando todo aquel desconcierto, elevó la espada nuevamente, cortando de golpe uno de los cuernos del minotauro.

— ¡Te dije que este era tu fin... minotauro! —

— Soy Aldebarán. —

"Ese nombre"

Shura ya había apuntado su ataque directo al pecho del minotauro cuando su vista nublada observó por primera vez al "minotauro" encerrado en un laberinto. Pero no era un minotauro.

— ¡Alde! — Pero era tarde, sacó la espada del pecho de su amigo, pero la herida era profunda.

Abrió los ojos. ¿Moriría? Aquella sola idea le hizo sentir asqueado. Eso no era posible...

— Shura... Mu..., Mu está. 


(º·. ¸ (¨*·. ¸ ¸. ·*¨) ¸. ·º)
«. ·°·~*~Ilusión'~*~·°·. »
(¸. ·º (¸. ·¨* *¨·. ¸) º·. ¸)

|¤°.¸¸. ·'¯'» Doki Amare Peccavi «'¯'·.¸¸. °¤|


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nanas para Kiki |BL| SAINT SEIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora