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7 de febrero

Robert terminó de tomar su desayuno como de costumbre, ya había pasado un poco menos de una semana desde que había llegado al lugar, le abrumaba un poco Nueva York, porque sentía que había mucha más gente que en Los Santos, siempre que estaba en las calles en la tarde o noche era una aglomeración de gente impresionante que no le dejaba ni respirar.

Pero debía de acostumbrarse no tenía de otra, suspiró al pensar en aquello, ya era hora de ir a acompañar a Jeff para ver si avanzaba con la investigación de Larry además de otro papeleo que al parecer le había dejado Harlan al ex Sargento.

Salió de su departamento, bastante arreglado, como solía hacer para estar decente frente a Walker y tocó la puerta del contrario.

-Buenos días

Dijo el pelinegro con una leve sonrisa y un rostro de cansancio increíble.

-Ostia, ¿dormiste algo anoche?

-No mucho, estuve comiéndome la cabeza con algunas cosas... Pero no te preocupes, ya mañana podré dormir mejor o esta misma tarde.

-Anda, te hago un café, mientras cuéntame, ¿algo nuevo en el caso?

Vio como Jeff se pasaba sus manos por su rostro con cansancio mientras negaba con la cabeza.

-No... Pero me llegó la noticia de que mañana trasladan a Norbit y Coyote hasta aquí para ayudarnos con todo esto, además, dijeron que querían conocer New York y todo eso

Lo último lo soltó con una leve risa el ex sargento.

-Ala, pues eso era todo lo que necesitaba escuchar, hoy, día de descanso por cojones, ve a la cama, yo me quedaré viendo un poco la TV y te despierto a la hora de almuerzo, ¿que te parece?

-Pero...

-Eh! ¡Nada de peros! Tienes una cara que parece que el demonio te hubiera entrado al alma, ve a la cama o te llevo yo.

Vio como Walker reía ante el comentario de al final y se levantaba con lentitud de su asiento.

-Bien, entonces mientras duermo, te dejo las llaves del depa, por si tienes que ir a comprar o algo.

Robert recibió las llaves, en cuanto las obtuvo en sus mano, con la que tenía libre, le revolvió el cabello que solía estar ordenado de Walker, este se quejó entre pequeñas risas.

Tenía que admitir que algo tierno se veía con esa cara de cansancio, parecía un cachorrito a sus ojos.

Gligard en lo que restaba de tiempo mientras Jeff dormía, decidió ver la televisión por un rato, después de ello buscó alguna receta para que comieran como reyes ese día, por alguna razón sentía esa necesidad de consentir al contrario.

Finalmente terminó haciendo Fetuccini con una salsa blanca y camarones, todos los ingredientes estaban en el departamento mismo así que no tuvo que ir al supermercado o algo parecido.

En cuánto terminó de cocinar, colocó el servicio en la mesa además de un infaltable vino y dos copas.

Iba a ir a despertar a Jeff, pues ya habían pasado unas cuatro horas desde que habían hablado por última vez, pero en el camino sus ojos se cruzaron con los documentos...

Los documentos del asesinato cometido por Larry, el último rastro de este posiblemente y los informantes.

Jeff nunca se los mostró, en realidad, prácticamente que le prohibía leerlos, lo cual le parecía sumamente extraño, osea, sabía que podían ser personales algunos datos de la investigación, pero no podía no saber nada de esta tampoco.

Sick love flavored with crimson tears  [jeffert] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora