Sick love flavored with crimson tears [jeffert]

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23 de febrero

Eran cerca de las cinco de la tarde, Robert y Jeff iban tomados de las manos hasta una tienda de vinilos que había cerca de comisaría, tenían que preguntar por el disco "The wall" y además por un tocadiscos.

-Joder, todo el dinero que nos da Harlan se va a ir en el puto toca discos y el vinilo... Aun que de todas formas la música de esos no es tan mala

Walker vio con una leve sonrisa a Robert, el cuál no se había dejado de quejar sobre tener que comprar las cosas él.

-¿Ni si quiera los conoces? Son de tu época

-¿¡Me acabas de llamar viejo?!

Jeff comenzó a reírse y a correr porque sabía que se podía ganar un golpe por parte del contrario, terminaron llegando a la tienda corriendo.

El vendedor los vio algo extrañado pero decidió ignorar la forma en que llegaron sus clientes.

-Buenos días, necesitamos un tocadiscos y un vinilo del disco "The Wall" Pink Floyd.

Dijo algo nervioso Robert, pues tenía que admitir que su pronunciación era una verdadera mierda.

-Bien, en total todo le costaría 80 dólares

-Joder... Bien, lo compro.

Robert notó que Jeff no le estaba tomando la mano, así que se giró, para darse cuenta que el chico estaba viendo con atención una guitarra acústica bastante linda y de buena calidad.

-Ya que estamos, también quiero la guitarra.

-Muy bien, con la guitarra en total seria 112 dolares

Robert sacó el dinero en efectivo y se lo pasó a el dueño de la tienda, el cuál parecía bastante feliz, pues el policía le había pasado entremedio 14 dólares de "propina"

Jeff en forma de agradecimiento le volvió a tomar la mano al contrario, ninguno se decía nada, pero por dentro ambos se querían dar las gracias y dar uno que otro beso.

Solo que uno de ellos no se atrevía aún, no se sentía listo.

Salieron de la tienda con las cosas y aún así, seguían tomados de las manos, casi parecían niños pequeños que no de atrevían a decir lo que sentían uno por el otro.

-No tenías que comprarme la guitarra, ni si quiera sabes si la voy a ocupar o no

-Me importa tres cojones, mirabas esa puta guitarra como miras a los autos, prefiero comprarte una guitarra de mierda a tener que prestarte dinero para que te compres un coche que vas a tunear y después guardar en un garaje.

Walker río leve, porque no mentía, todos los autos que se compró, ninguno de ellos lo ocupo más de una vez y solo para dar una vuelta y ya.

-Además, más te vale ocupar la guitarra de los cojones, que te la compré yo, ni si quiera fue un préstamo, es un regalo, te pego una que te cambio el signo del puto zodiaco si no la ocupas.

-Joder, que carácter me llevas tú

-Mira quién lo dice, el que le gritaba a los alumnos si no le traían una dona con café.

Ambos se vieron para después reír, debían de admitir que extrañaban Los Santos, el gritarle insultos a los sherrif y después irse corriendo del norte en el patrulla, de vez en cuando ir a jugar con sus compañeros al billar, tomarse uno que otro trago juntos...

Pero tampoco habían perdido algunas costumbres, seguían yendo a jugar billar, solo que ahora lo acompañaban aquello con una cena en algún lugar, obviamente iban como si fueran los mejores amigos de toda la vida, pero sus amigos sabían bien que eso no se trataba únicamente de la amistad que tenían ya formada desde hace un tiempo.