˚。⋆🧸┊Chapter 02

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Mordí mis uñas con impaciencia mientras miraba a Ned preparar un té de manzanilla para calmarme los nervios. Mi cabeza volteó a la sala de estar, mirando casi por el filillo del marco de la puerta como Jimin sujetaba a Kookie sobre su regaño mientras hablaban íntimamente, acariciando sus muslos sobre las sábanas con las que el castaño se cubría.

Sus ojos mieles miraban a Jimin con un notable puchero y el chico rubio solo podía seguir murmurándole cosas y de vez en cuando acariciar sus hebras revueltas. Una pizca de celos golpeándome el estómago me hizo apartar la mirada, viendo como mi taza favorita de Mickey Mouse fue dejada frente a mí con el olor a té.

Miré a Ned, que tomaba asiento frente a mí con otra taza llena, mirando hacia donde yo lo había hecho hacía unos segundos.

—Supongo... que Kookie a sido un híbrido todo este tiempo y no lo sabías —dijo paciente, para observarme con calma.

Agarré la taza, inclinándola sobre mi nariz para al menos percibir si el olor llegaba a calmarme mucho más antes de que lo hiciera el té hirviendo.

—No lo sabía. De hecho, nunca siquiera llegué a pensarlo cuando Jimin se volvió humano —Mis dedos titubearon sobre la cerámica de la taza, dibujando escasamente el bordeado de la figura de Mickey—. Creí que te lo había contado. Encontré a Kookie en la calle, cuando vivía en Gwanju. Estaba mal herido, parecía que había vivido un tiempo en la calle. Decidí adoptarlo, mucho más cuando... sucedió todo esto de la mudanza y pues él se convirtió en lo que más quiero. No es el perro más cariñoso del mundo pero supongo que nos llevábamos bien —Vacilé unos minutos para empinar finalmente la taza y dar un sorbo.

—¿Lo recuerdas Hobi? —Arrugué un poco el entrecejo—. Kookie, debe amarte. Ellos cambian cuando se sienten seguros y amados.

Mis ojos pasaron a agrandarse, volviendo mi mente en blanco.

¿Amados?

Kookie siempre fue amado. Claro, le di todo el cariño del mundo cuando lo vi por primera vez en el callejón, casi siendo arrollado cuando iba a cruzar la calle. Recordé como terminé en el suelo, recibiendo un golpe en la cadera por el leve impacto del carro y como el cachorro temblara en mis brazos como si vio su vida correr por sus ojos.

Kookie estaba tan lastimado que tuve miedo que no viviría para contarlo y traté de darle todo el amor del mundo porque fue lo único que tuve para despejar mi mente: Centrarme en él. Y todo mejoró, viajamos cuando había mejorado, cuando se notaba de una manera alegre aunque nunca dejando su pata a ceder, como se diría caninamente.

Un cachorro algo reacio a los buenos tratos, no era de muchísimo mimos; dominante a pesar de su tamaño diminuto y pelaje abundante. Y ahora, era un lindo chico de cabellos mieles, con unos ojos preciosos que fascinaban a la vista, una piel tersa, adornada con rasguños que imaginaba que fueron cicatrices de su vida en la calle.

Era tan perfecto y desperfecto a la vez.

—No estoy muy seguro de ello Ned —Sonreí un poco—. Nunca fue un cachorro muy atento con su dueño, más bien era algo chantajista solo con mirar.

Ned carcajeó un poco y no pude evitar extender mejor mi sonrisa.

Estaba asustado, claro que lo estaba. No era normal que ocurrieran este tipo de anomalías en la vida común: Que un perro resulta ser un híbrido que se convierte en humano.

La historia de Ned me había ofrecido una de esas particularidades muy exóticas que la vida te propone. Pero definitivamente no pensaba que esa particularidad me tocara la puerta a mí también.

—Bueno... —la voz de Jimin irrumpió en la cocina, sacándome de mí ensoñación—, he hablado con JungKook, al parecer todo fue muy repentino para todos.

—¿JungKook? ¿Quién es JungKook amor? —Ned preguntó, adelantándose con mi duda.

—Ah, Kookie se llama JungKook —dijo con una suave sonrisa que escondió sus preciosos ojos mientras se acercaba a su novia—. Supongo que no te lo a dicho. Está un poco... molesto digamos —Jimin acarició el cabello de Ned mientras hablaba, dejándome mucho más confuso.

—¿Molesto? —pregunté, sintiéndome completamente fuera de lugar.

—Verás —Suspiró—. Él... necesita mucho de ti HoSeok. No creo que sea yo la persona que tenga que explicartelo, creo que él mismo debe abrirse contigo.

Un latido feroz palpito en mi pecho.

—¿Kook- digo JungKook, sabe hablar bien? Recuerdo que cuando comenzaste no sabías articular mucho, él-

—Sé hablar bien —una voz rasposa me interrumpió.

Quedé momentáneamente estático, girándome para encontrármelo en el umbral de la cocina envuelto en la colcha verde, sus ojos mieles incrustados en mi presencia. No se notaba feliz.

—Oh, eso es bueno —Ned le dijo, mirándolo con una ligera sonrisa. Kookie la miró sin gracia alguna.

Al parecer, la única persona que podía aliviar su mal humor era Jimin.

—Kookie mañana traeré a YoonGi Hyung para que te atienda ¿sí? Debemos revisarte.

Su gruñido se escuchó más alto de lo normal.

—No necesito que nadie me revisé —Sus manos se apretaron contra la colcha.

—Kook —Jimin le llamó con una mirada cómplice, como recordándole la plática que habían tenido anteriormente.

JungKook suspiró y salió dando pasos tambaleantes hacía el sofá, volviéndose a sentar frente al televisor.

—Bueno, supongo que debemos esperar a mañana a ver que tal los resultados que nos da YoonGi —Ned suspiró tomando todo su té y levantándose del lugar—. Nos iremos Hobi. Es tarde, supongo que harás las pases con JungKook.

—Haciendo pases cuando ni siquiera hicimos la guerra —ironicé, volteando los ojos.

—Él es muy especial HoSeok Hyung  —Jimin me sonrió sin separar los labios—. Solo tiene que dejar de ser tan gruñón.

—Yo también espero ese día Jimin.

Los chicos recogieron sus pertenencias y los acompañé hacia la puerta. Antes de marcharse Jimin fue a despedir a JungKook, quien le miró con ojos de cachorro mojado cuando le dijo que se verían mañana en cuanto saliera del trabajo. Intercambiaron algunas palabra y Jimin revolvió su cabello antes de ponerme la mano al hombro para marcharse.

Cerré la puerta, apoyando mi espalda sobre ella, y suspiré. No podía ser tan malo ¿no? Un híbrido, pero al fin y al cabo humano, al igual que yo.

Caminé hacia la sala, llegando a mirar como el castaño observaba aburrido el televisor. Mis dedos jugaron juntos en un acto de nerviosismo cuando sus ojos impactaron con los míos.

—B-bueno, supongo que no hemos tenido una pre-

—Tu duermes en el sofá y yo en la cama —espetó directo, dejándome aturdido con los párpados abiertos mientras se levantaba—. Y no entres sin mi permiso.

Y se fue, dejándome a solas en la sala, sintiendo el portazo que dio cuando se adentró a mí habitación, asustándome al punto de encoger mis hombros contra mi cuerpo.

Suponía que esto iba a ser una nueva aventura en mi vida. Si ganarme la confianza de Kookie siendo cachorro fue todo un desafío, ganarme la confianza de JungKook sería mucho más que eso.

 Si ganarme la confianza de Kookie siendo cachorro fue todo un desafío, ganarme la confianza de JungKook sería mucho más que eso

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𝐊𝐨𝐨𝐤𝐢𝐞, 𝐖𝐡𝐲 𝐘𝐨𝐮? • [𝐉𝐮𝐧𝐠𝐇𝐨𝐩𝐞] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora